Don Juan Carlos agradece las palabras que le ha dedicado el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, pero la Casa del Rey quiere aclarar que el Monarca no intervino ni influyó en las invitaciones al funeral de Estado por Adolfo Suárez o a los actos celebrados en Bruselas.
En el discurso que ha pronunciado este martes en la sede del Instituto Cervantes en Bruselas, Obiang ha dado las gracias al Rey por haber «influido» para que pudiera hablar en esa institución y ha afirmado que le sorprendía «la actitud de algunos nostálgicos que rechazan este encuentro por razones que nada tienen que ver con el desarrollo de la lengua española en Guinea Ecuatorial».
«Quisiera agradecer a Su Majestad el Rey, porque yo sé (que) ha influido para que yo también pueda participar en este encuentro cultural», ha subrayado el presidente ecuatoguineano en el cierre de su intervención, a la que han asistido fundamentalmente diplomáticos de su propio país.
Fuentes de la Casa del Rey han explicado a Efe que don Juan Carlos «ni ha intervenido ni ha influido» en las invitaciones cursadas para el funeral de Estado por Suárez que fue oficiado ayer en la catedral de la Almudena, al que asistió Obiang, y tampoco en las invitaciones para la conferencia en el Instituto Cervantes de Bruselas o para el acto organizado por la UNED en la capital belga.
Obiang estaba invitado a pronunciar un discurso ayer lunes en el centro bruselense de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), pero el acto no se celebró porque el mandatario africano acudió al funeral de Estado por Suárez en Madrid.
Respecto a esta ceremonia fúnebre, las mismas fuentes de la Casa del Rey han recordado que el Gobierno español cursó invitaciones a las embajadas de los diferentes países y cada una de las naciones decidió quién le representaría en el funeral.
Antes de la ceremonia fúnebre, los Reyes, los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saludaron a Obiang -único jefe de Estado extranjero asistente- y al resto de representantes de otros países, aunque no hubo imágenes de ese momento porque el encuentro tuvo lugar en el atrio de la catedral, lejos de las cámaras.