El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha mostrado este viernes convencido de que, aunque ahora «toca trabajar en Europa» y a ello se van a dedicar, esta formación política puede estar lista en año y medio para gobernar con dirigentes más preparados de los que hoy tiene el Gobierno de Mariano Rajoy.
En su primera rueda de prensa tras la celebración de las elecciones europeas en las que Podemos ha conseguido cinco eurodiputados, y ante una gran expectación mediática, Iglesias ha aclarado, en cualquier caso, que presentarse a las elecciones generales no será una decisión personal sino avalada por la participación de la gente.
Ha elogiado a todo el equipo que le acompaña en la candidatura europea, entre ellos el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, quien por razones «personales y familiares», y como ya avanzó cuando se presentó en la lista, tiene la intención de renunciar a su escaño de eurodiputado cuando presente ante el Parlamento Europeo la directiva anticorrupción que lleva su nombre.
Después será sustituido por la número seis de la lista, Tania González, según ha confirmado Pablo Iglesias, quien ha avanzado las primeras medidas que plantearán en Europa, entre ellas la reducción del sueldo de los eurodiputados y la limitación de sus mandatos, que piensan plantear a la Eurocámara y que intentarán que apoyen otros partidos de izquierdas.
En este sentido, Iglesias ha confirmado que todos los eurodiputados de Podemos, como habían prometido, cobrarán un salario de 1.900 euros -tres veces el salario mínimo interprofesional- y no de 8.000 como cobran los europarlamentarios.
«Confiamos en la gente», ha dicho, tras explicar que, después del proceso que han desarrollado para presentarse a las elecciones europeas, forman parte de este proyecto una lista de ciudadanos -"los mejores», ha dicho- «más preparados» que el actual gabinete de Rajoy.
«Ya les gustaría a buena parte de los partidos políticos de la casta tener gente con la preparación de la lista de Podemos», ha subrayado para añadir que la «política no puede estar en manos de una casta para los políticos», sino de expertos como los que ha consultado Podemos para elaborar su programa.
En el Parlamento Europeo, Podemos se integrará en el grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE) y votará para la presidencia de la Comisión a Alexis Tsipras, igual que Izquierda Unida.
Sobre posibles pactos con otras formaciones políticas, Pablo Iglesias ha vuelto a mostrar la mano tendida a otras formaciones que compartan sus planteamientos y, recordando las palabras de Julio Anguita, ha dicho: «programa, programa, programa».
Esa es la condición que pone para cualquier alianza, aunque de momento asegura que no ha mantenido conversaciones en este sentido con ninguna otra fuerza política y que el único contacto que ha tenido ha sido con el cabeza de lista de la Izquierda Plural para confirmar su apoyo a Tsipras.
Podemos iniciará a partir de ahora otra fase de discusión y diálogo con distintos sectores y movimientos sociales para abrir una nueva etapa de construcción de mayorías a través de la participación, que esperan concluir en octubre en un congreso fundacional.
Sobre los resultados electorales, Iglesias ha puesto en valor los 1,2 millones de votos que ha conseguido ante la sorpresa de «los cínicos y los arrogantes» que no se imaginaban que podían lograrlo.
Un resultado que ha calificado como «prometedor, pero no suficiente», y en el que el apoyo a Podemos ha sido un voto «transversal» de gente de toda condición que ha visto a este partido como una «palanca de cambio», y no un voto de protesta.
Ha recalcado que Podemos no nació para ser una fuerza testimonial y que, por ello, tras una campaña en la les ha faltado tiempo y se han quedado «con hambre de pista», van a continuar buscando apoyos.
Iglesias cree que incluso ahora, una semana después, tienen ya muchos más apoyos de los que arrojaron las elecciones europeas, y que así se revelará en las próximas encuestas.
Esto, en su opinión, ha revelado también que el tablero político, en el que están los mismos partidos de hace 35 años ha agotado su ciclo y está llegando a su fin, como demuestra el «correctivo» que han recibido PP y PSOE, ha concluido.