El expolicía José Amedo, condenado por los GAL, ha dicho este martes que no es «el cobrador» ni «el matón» de la Gürtel al hablar de las gestiones que hizo para el cobro de una deuda con dos imputados: el expropietario de Constructora Hispánica Alfonso García Pozuelo y el exingeniero del Ayuntamiento de Pozuelo Leopoldo Gómez Gutiérrez.
Así lo ha afirmado Amedo en declaraciones a los periodistas tras prestar declaración como testigo, a petición propia, ante el juez del caso Gürtel, Pablo Ruz, para aclarar las gestiones que hizo con estos dos imputados.
Según él mismo ha explicado, le ha relatado al juez que conoció a Gómez Gutiérrez cuando trataba de vender unos inmuebles de su propiedad: una finca en La Moraleja (Madrid) y otra en Córdoba.
Este le comentó entonces que García Pozuelo podía venderlas y a cambio le pidió que mediara para el cobro de una deuda de entre 1,5 y 1,8 millones de euros que le adeudaba el constructor.
«Con el fin de tratar de gestionar de manera cordial el cobro de las cantidades adeudas», según el escrito que presentó Amedo al juez cuando le pidió comparecer, el expolicía acudió a finales de septiembre de 2012 al domicilio de García Pozuelo, al que dice que no conocía de nada, y habló con su esposa, a la que le dejó su número de teléfono y poco después el constructor le llamó.
Al comentarle el objeto de su visita, García Pozuelo «rechazó de plano que tuviese cualquier tipo de deuda» con el extécnico municipal y tras citarse con Amedo en el hotel Miguel Ángel, el 3 de octubre de 2012, el empresario le pidió «pruebas sobre la cantidad que se le reclamaba».
Esa reunión, ha relatado este viernes Amedo, fue grabada por la Policía a petición de García Pozuelo porque, según le dijo después al expolicía un «abogado allegado» éste, que, según ha dicho «está colaborando activamente con la Justicia», creyó que venía en nombre del exalcalde de Pozuelo Jesús Sepúlveda, exmarido de la ministra de Sanidad, Ana Mato.
Para demostrar que fue el propio Gracía Pozuelo el que se citó con él, Amedo ha mostrado el sms que le mandó el mismo día de la reunión el constructor y que decía así: «Tengo una reunión antes en el hotel miguel Angel, Alli estaré para poder vernos a las 18.00 horas».
Tras este encuentro, el expolicía le contó entonces a Gómez su conversación con García Pozuelo, a lo que el ingeniero ya jubilado le comentó que le haría llegar a través de su socio David Encinar una serie de documentos que acreditarían la deuda.
Amedo se citó posteriormente con Encinar en el Hotel Fénix de Madrid para que le entregara los referidos documentos.
«Al comprobar el cariz de aquella documentación», el expolicía dudó de la legalidad de las cantidades reclamadas al ver que tenían relación con actividades profesionales de Gómez en el Ayuntamiento de Pozuelo y que podrían estar relacionadas con el cobro de comisiones «sospechosas», máxime cuando descubrió que García Pozuelo estaba imputado en Gürtel.
Tiempo después, supo además que su relación con ambos imputados había sido objeto de investigación por parte de la Policía, lo que, asegura, le alarmó «sobremanera».
Al sentirse víctima de una manipulación, el 22 de abril decidió denunciar a Gómez y a Encinar en el Juzgado de Instrucción número 3 de Pozuelo por una presunta inducción a la comisión de un delito de forma premeditada y con una alevosa mala fe.
Tras conocer posteriormente de la declaración que Gómez y García Pozuelo prestaron como imputados el pasado 13 de junio por el caso Gürtel, pidió Ruz declarar ante la posibilidad de que los hechos en los que le involucraron «pudiesen guardar relación con los que ahora se investigan».