La auxiliar de enfermería Teresa Romero y la médico de familia que la atendió en un centro de salud de Alcorcón han llegado este miércoles a un acuerdo de conciliación después de que Romero haya reconocido que no la informó de que había estado en contacto con pacientes contagiados de ébola.
Romero ha aceptado íntegramente la declaración de la doctora y ha reconocido que en ningún momento rebasó el umbral de fiebre fijado en 38,7 grados centígrados, según ha indicado la abogada de la médico de familia.
Esta declaración desmiente un comunicado emitido el pasado 25 de noviembre por el despacho de abogados que se encarga de la defensa de Teresa Romero, que apuntaba que Romero había comunicado en la consulta que había tenido un pico de fiebre de hasta 38,7 grados centígrados.
La representante legal de la facultativa y Romero han participado hoy en un acto de conciliación en los juzgados de primera instancia de Alcorcón, previo a la querella por injurias y calumnias contra Romero por asegurar la paciente que le había informado de que había tenido contacto con personas diagnosticadas de ébola.
Antes de la reunión, la letrada de la médico de familia advirtió de que su representada se querellaría contra la sanitaria que superó el ébola si esta no se retractaba de las declaraciones en las que aseguró que había informado a la facultativa de que había tenido contacto con pacientes contagiados del virus.
A la salida del acto, Romero ha leído el escrito en el que se ha fijado el acuerdo entre las partes -que anteriormente había leído la abogada de la médico-, en el admite no superó el umbral de fiebre que obligaba a activar el protocolo contra el ébola y que no había informado a su médico de cabecera de que había tenido contacto con los pacientes.
La auxiliar de enfermería, que no ha realizado más declaraciones, ha leído el comunicado pese a que su marido, Javier Limón, había indicado de forma previa que él hablaría en nombre de su mujer porque ésta no se encontraba bien.
Romero ha dado lectura al texto porque la abogada ha recalcado a la salida del acto de conciliación, en la puerta del juzgado, que el acuerdo establece expresamente que debía retractarse de forma pública.
Tras la lectura del texto, Javier Limón ha apostillado que Teresa ha decidido retractarse porque no quiere faltar a la honorabilidad y profesionalidad de su médico de cabecera de toda la vida, ni crearle un perjuicio profesional.
Limón ha añadido que, aunque Romero rectifica sus declaraciones previa sobre lo acontecido en la consulta en el centro de salud, ella creía realmente haber informado a la médico durante la consulta, aunque entonces sus condiciones de salud no eran buenas.
Finalmente, la abogada de la facultativa ha recalcado que el interés de su cliente era que Romero enmendara sus declaraciones, después de haber defendido, según la letrada, diferentes versiones sobre lo ocurrido.
También ha advertido de que, si la auxiliar de enfermería vuelve a negar los hechos en adelante, volverá a poner en marcha el proceso judicial.