La lluvia que ha empezado a caer este domingo en muchos puntos de la cornisa cantábrica y la ausencia de viento han ayudado a controlar o sofocar parte de los más de cien incendios que este fin de semana se han registrado en cinco comunidades autónomas.
En Asturias, la más castigada, se llegaron a contabilizar ayer más de un centenar de fuegos, muchos de los cuales han disminuido en intensidad gracias las condiciones meteorológicas favorables y a los trabajos de los servicios de extinción.
La zona más afectada sigue siendo el oeste, en concejos como Cangas del Narcea y El Franco, donde las llamas obligaron ayer al desalojo de varias familias y al corte de la conexión férrea entre Asturias y Galicia y de las dos principales vías de comunicación por carretera, la autovía A-8 y la N-634, ya restablecidas al tráfico.
Hoy, el presidente asturiano, Javier Fernández, ha anunciado que solicitará al Estado las ayudas correspondientes para intentar paliar los daños originados por este «insólito número de incendios» y se ha felicitado de que no se hayan registrado daños personales.
En Cantabria, la llegada de la lluvia ha permitido aliviar la situación y los 40 incendios que seguían activos esta mañana se han reducido a una veintena, según ha asegurado el delegado del Gobierno en esa comunidad, Samuel Ruiz.
La Guardia Civil se encargará de determinar ahora qué porcentaje de estos fuegos ha sido intencionado, aunque el presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, ha apuntado como causa la quema intencionada con objeto de conseguir pastos, lo que ha calificado de «error», ya que «está demostrado científicamente que quemar el monte deteriora de manera extraordinaria el suelo».
En Navarra, el Gobierno foral ha dado por controlado el incendio que se declaró ayer en una zona de monte arbolado de la localidad de Igantzi y que avanzaba hacia Lesaka, gracias a que el viento ha amainado y ha favorecido así los trabajos de extinción.
El incendio comenzó por la caída de un árbol sobre un tendido eléctrico y se propagó rápidamente favorecido por el fuerte viento, las elevadas temperaturas y la ausencia de humedad tanto en el suelo como en la vegetación.
También está prácticamente extinguido el incendio que la pasada noche obligó a desalojar dos casas rurales y cinco viviendas cerca del monte Igueldo (San Sebastián) y que arrasó 200 hectáreas, la mayoría de arbusto bajo, favorecido por el fuerte viento.
El alcalde donostiarra, Eneko Goia, ha recordado que los bomberos ya habían advertido a las autoridades municipales y forales de que «la situación era peligrosa, debido a la meteorología sin lluvias que ha caracterizado lo que llevamos de diciembre.
Y en Galicia, también ha quedado extinguido el incendio que comenzó ayer en el ayuntamiento orensano de Carballeda de Valdeorras tras calcinar 150 hectáreas de monte raso de una zona de difícil acceso y que llegó a tener varios kilómetros de frente.
Los incendios forestales se han colado hoy en la jornada electoral, en que los principales líderes políticos han acudido a las urnas pendientes de la evolución del fuego, sobre todo en las comunidades afectadas.
No obstante, también el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha mostrado su «preocupación» y el candidato de UPyD a la Presidencia, Andrés Herzog, ha trasladado su solidaridad a los afectados.
Expertos consultados por Efe han apuntado a la quema de matorral para apertura de pastos como causa de la mayoría de los incendios, que se producen en invierno «de manera recurrente» para preparar el monte al ganado que sube en primavera.
Unas prácticas que se remontan siglos atrás, ha explicado Virginia Carracedo, investigadora de la Universidad de Cantabria, pero antes «se hacían de forma controlada, se preparaba el terreno y se elegían episodios de poco viento».
Para el delegado de SEO/BirdLife en Cantabria, Felipe González, hay que plantearse una nueva política que no sólo se centre en la extinción y haga mayor hincapié en la prevención y la gestión de los pastos para la ganadería.