La Fiscalía Anticorrupción ha pedido cuatro años de cárcel para el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y para el que fuera director general Ildefonso Sanchez Barcoj, por un delito de administración desleal continuada en relación con sobresueldos en la extinta entidad financiera.
En el escrito presentado ante el Juzgado de Instrucción nº 45 de Madrid, adelantado por la Ser, el fiscal Conrado Saiz solicita además 8,5 millones de euros en concepto de responsabilidad civil a pagar solidariamente entre ambos, que deberán ingresar en la cuenta que establezca Bankia o el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
En enero de 2015, la Fiscalía Anticorrupción denunció ante la justicia presuntas irregularidades en las retribuciones recibidas por la cúpula de Caja Madrid entre 2007 y 2010, por el incremento irregular de sueldos, indemnizaciones y planes de pensiones supuestamente fraudulentos de Caja Madrid durante la época de Blesa como presidente.
Según ha podido confirmar Efe de fuentes próximas al caso, el fiscal atribuye a Blesa y a Barcoj la responsabilidad del aumento irregular de las retribuciones, ya que el consejo de administración les responsabilizó de individualizarlas.
Asimismo, destaca el «conocimiento y consentimiento» de ambos en el modo de fijación de la retribución variable de los altos directivos, el exceso de aportaciones al plan de pensiones como «gratificación extraordinaria», y los «pagos indebidos en relación con el cese» de su secretario, Enrique de la Torre.
Este percibió 2,89 millones de euros al cesar en su cargo, por lo que el Fiscal lo considera partícipe a título lucrativo y propone que devuelva ese dinero; en ese caso, Blesa y Barcoj verán aminorada su responsabilidad civil en idéntica cantidad.
En diciembre de 2014 el FROB advirtió sobre las supuestas irregularidades, después de encargar una auditoría forense a la empresa Price Waterhouse Coopers.
Dos años de instrucción han llevado a la Fiscalía a sostener que Blesa incrementó el sueldo de nueve directivos de Caja Madrid un 16 % en 2008 de manera arbitraria, sin tener en cuenta el parecer del consejo de administración de la caja, que había acordado un aumento de tan sólo un 4,5 %, que en cualquier caso debía ser respaldado por la Comisión de Retribuciones.
Blesa, según el Ministerio Público, no solo incrementó los salarios cuatro veces más de lo pactado, sino que lo hizo sin informar a dicha comisión.
En su escrito, Anticorrupción concluye que Miguel Blesa y el resto del comité de dirección de Caja Madrid percibieron entre 2008 y 2010 un total de 8,5 millones de euros de forma «irregular» mediante incrementos de sueldos fijos y variables anómalos, deducciones fiscales fraudulentas que repercutieron en la caja cuando eran computables a los directivos, e indemnizaciones por despido.