La Organización Médico Colegial (OMC) califica la homeopatía como una «pseudoterapia» y ha reclamado al Ministerio de Sanidad que impida que estos productos se vendan en las oficinas de farmacia, ya que su presencia en estos establecimientos contribuye a la confusión de los pacientes.
La homeopatía será uno de los principales temas que aborden este martes los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas y la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
El declaraciones a Efe, el coordinador del Observatorio contra las pseudociencias y pseudoterapias de la OMC, Jerónimo Fernández Torrente, ha explicado que los médicos españoles no reconocen la homeopatía ni como una rama de la medicina científica experimental, ni como un área de capacitación específica. «Los estudios académicos, que tienen que ser la base de cualquier conocimiento científico, tampoco están regulados ni se sabe muy bien en qué consiste», ha apuntado.
Tal es así, que el Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) ha incluido la homeopatía en el Observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias de la OMC calificándola como una pseudoterapia «basada en una pseudociencia más propia de la Edad Media que del siglo XXI».
Fernández Torrente señala que en España, la homeopatía «está en un limbo legal», y que no existe ninguna legislación propia que indique -ni a las organizaciones colegiadas, ni a los profesionales ni a los ciudadanos- que estos productos sirven para algo.
Además, los productos homeopáticos no pasan los procedimientos y circuitos de los medicamentos tradicionales.
Según Fernández Torrente, los últimos productos homeopáticos que estaban registrados en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) han quedado anulados y «están fuera de circuito desde hace algunos meses», con lo cual ahora mismo no existe ningún producto homeopático registrado en la Aemps.
La normativa europea establece que estos productos sólo tienen que demostrar que son seguros y que tienen calidad. «Eso también lo hace el agua que tomamos todos los días», asevera.
«No siguen el circuito del medicamento en cuanto a ensayos clínicos, no disponen de código nacional de medicamento, no tienen indicación ni prospecto expreso, sirven para todo y se venden a precios abusivos en parafarmacias, los médicos no los recetan con receta oficial, no están subvencionados por la Seguridad Social, ni forman parte de la cartera básica de servicios», explica.
Todo ello genera confusión en los pacientes, que ven que estos productos están a la venta en las farmacias y entienden que sirven para algo, los compran y muchas veces dejan de tomar «los verdaderos medicamentos que les hacen falta para tratar sus dolencias».
Por ello, el coordinador del Observatorio contra las pseudociencias y pseudoterapias de la OMC ha pedido que se impida la venta de estos productos en las oficinas de farmacia en virtud del riesgo para la salud pública y la seguridad del paciente «que son dos aspectos que las autoridades deberían tener muy en consideración».