Cristina Cifuentes se va. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado su dimisión en una comparecencia ante los medios de comunicación desde la Real Casa de Correos, el mismo día en que se ha conocido el polémico robo de dos envases de cremas antiedad cometido en 2011 en un hipermercado de Vallecas cercano a la sede de la Asamblea de Madrid cuando era la vicepresidenta de la institución.
En medio de una gran expectación y sin admitir preguntas, Cifuentes ha dicho que «todo tiene un límite», que se va «con la cabeza alta y muy orgullosa» de su trabajo, y siendo víctima de un «linchamiento» y una campaña con un «un interés determinado: destruir a la persona».
Se despide de la presidencia de Madrid con un objetivo claro: evitar que la moción de censura planteada en su contra pudiera prosperar y que la izquierda, con la ayuda de Ciudadanos, echara por tierra su labor de tres años de gobierno, con una gestión con «luces y sombras» que, a pesar de todo, ha defendido.
Sobre el caso concreto del robo de dos botes de crema en un establecimiento, conocido este miércoles y que ha precipitado los acontecimientos, la expresidenta lo ha atribuido a un «error involuntario», alguna suerte de descuido en el que cayó «sin ser consciente de ello», y en todo caso un fallo que subsanó en su momento y al que ha tratado, infructuosamente, de restarle importancia.
El hecho de que ahora haya trascendido este vídeo, que ha dicho era conocido en algunos círculos y por el que incluso sufrió en el pasado algún «intento de extorsión» que fue puesto en manos de sus abogados, se explica según Cifuentes como el pago por su postura de «tolerancia 0 contra la corrupción», algo que «tiene un precio», ha aseverado.
«He cometido muchos errores a lo largo de mi vida, seguiré cometiéndolos, me he saltado semáforos en rojo, he hecho cosas peores, sin duda», ha asegurado la expresidenta, afirmando que la decisión de renunciar a su cargo ya la había tomado con su equipo hace unos días.
No ha hecho Cifuentes una mención explícita a su polémico máster, al que se vio obligada a renunciar hace unos días, aunque sí ha asegurado que han sido días duros para ella, días de «linchamiento por tierra mar y aire». «He aguantado mucho», ha declarado la exjefa del gobierno madrileño, que se ha mostrado más emocionada al recordar a la gente que ha tenido al lado, a sus familiares directos y a las personas con las que ha trabajado codo con codo.