La toma de posesión de los consellers del Govern de Quim Torra este sábado ha supuesto el levantamiento automático del artículo 155 de la Constitución y la recuperación del autogobierno por parte de la Generalitat tras 218 días de intervención.
El Gobierno activó el 155 el 27 de octubre tras la proclamación de independencia en el Parlament, especificando en su acuerdo que la intervención estaría vigente «hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno de la Generalitat».
Los más de 7 meses transcurridos desde entonces se han vivido de maneras antagónicas: los independentistas los califican como los más negros y tristes de la historia de la democracia, mientras que el Gobierno de Mariano Rajoy ha reivindicado que han servido para devolver la normalidad y la estabilidad a Catalunya.
En lo que sí coinciden el Gobierno de Rajoy y el soberanismo es en que el levantamiento del 155 se debería haber producido hace muchos meses y, más concretamente, tras las elecciones del 21 de diciembre.
El objetivo del Ejecutivo central era que tras los comicios se invistiera rápidamente a un presidente y un Govern «legales y efectivos», un objetivo que no concordaba con las reivindicaciones independentistas a favor de la restitución de Carles Puigdemont y su Ejecutivo.
JxCat y ERC han intentado hasta cuatro investiduras antes de llegar a la de Quim Torra: Carles Puigdemont, Jordi Turull y Jordi Sànchez en dos ocasiones, todas ellas truncadas por los tribunales.
Los dos grupos independentistas también han intentado restituir a parte del Govern de Puigdemont pero se han encontrado con el veto del Estado, que se ha negado a publicar los nombramientos para hacerlos oficiales hasta que en la lista no hubiera consellers presos ni en el extranjero.