El exlíder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez ha declarado ante el Tribunal Supremo que el 20 de septiembre de 2017, cuando llegó a la Conselleria de Economía, «ya había una muralla humana» concentrada en protesta del registro que estaba efectuando la Guardia Civil.
Acusado de rebelión ante el Tribunal Supremo, por el que se enfrenta a una petición de 17 años de cárcel, Sànchez ha explicado que, poco después de las 8 de la mañana, cuando llegó al edificio ya había «algunos centenares de personas», entre ellas representantes públicos de Cataluña y sobre todo «muchos medios de comunicación».
«Cuando yo llegué había una muralla humana y no fui consciente de los vehículos de la comitiva judicial», ha dicho Sànchez en relación a los coches de la Guardia Civil que acabaron destrozados.
El acoso a la comitiva judicial el 20S es uno de los principales objetos de acusación que pesan contra Jordi Sànchez y también contra el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ambos en prisión desde el 16 de octubre de 2017, casi un mes después de esa movilización.
Según Sànchez, al llegar había bastante gente concentrada ya, incluidos muchos medios de comunicación, en primera línea, puerta con puerta con la sede del departamento y en los vehículos oficiales para tomar imágenes.
También había «cargos públicos y diputados» en una convocatoria que le dio «una sensación» de «ambiente de absoluta normalidad».
Aún así, para «dar un poco de oxígeno» y espacio al edificio de la Conselleria, animó a los presentes a situarse «unos metros más abajo», donde ya estaba cortada la circulación.
También intentó contactar con los responsables de seguridad ciudadana, «como hacen siempre» e intentó acceder a la sede, pero las Fuerzas de Seguridad se lo negaron al no tener «autorización».