La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a un acusado de intentar matar a su propio hijo al negarse este a abandonar los estudios para ponerse a trabajar, según la sentencia a la que ha tenido acceso Efe.
El procesado alegó en el juicio que «nunca» haría daño a su hijo y que lo único que quería era «recuperarlo».
La Sala absuelve a Saliu B., nacido en Guinea Bissau, del delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de parentesco del que se le acusaba y por el que se enfrentaba a una petición fiscal de catorce años de cárcel.
La Fiscalía sostenía que sobre las 12.30 horas del 7 de noviembre de 2016 el acusado se dirigió al dormitorio de su hijo con el que mantenía «desavenencias» porque este quería seguir estudiando y no dedicarse a trabajar, y le apuñaló varias veces en el abdomen sin que el joven pudiera defenderse.
Finalmente, según el fiscal, el hombre alertó a la Policía y, gracias a la intervención de los servicios sanitarios, la víctima pudo salvar la vida.
Sin embargo, el tribunal considera que lo que sucedió fue que padre e hijo mantuvieron un forcejeo «por una razón no acreditada» y el joven sufrió varias heridas causadas con un cuchillo.
Estima que el hombre, «a la vista del desmoronamiento de su hijo», llamó a las fuerzas de seguridad que, a su vez, requirieron los servicios sanitarios y consiguieron evitar el fallecimiento de la víctima.
Esta sufrió una herida grave en la zona del abdomen que precisó tratamiento quirúrgico urgente para salvar su vida, y cuyo periodo de curación ha sido de dos meses y medio.
Saliu B., que lleva residiendo en España casi veinte años, alegó en el juicio que no estaba «loco» y por eso «nunca» haría daño a su hijo, y explicó que actuó «en defensa propia», ya que el joven tenía un cuchillo de 25 centímetros y la intención de herirlo. La víctima, por su parte, se acogió a su derecho de no declarar.
Por eso y por las diferencias entre los testimonios de los agentes que llegaron rápidamente al lugar de los hechos, la Sala cree que no hay elementos suficientes para probar la culpabilidad del acusado.