La Dirección General de Tráfico (DGT) ha iniciado este lunes una campaña especial de vigilancia para comprobar el estado de los coches que circulan por España, para lo que contará con 30 lectores de matrícula que detectarán si el vehículo tiene la ITV pasada.
Según informa la DGT en un comunicado, la campaña se prolongará hasta el domingo y tiene como objetivo que agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y el resto de policías locales y autonómicos que se sumen vigilen los elementos de seguridad del vehículo como luces, neumáticos o parabrisas.
Para esta campaña, los agentes de la Guardia Civil usarán 30 lectores de matrícula que comprobarán si el coche tiene la ITV en vigor, ya que Tráfico calcula que el 1,64 por ciento de los coches no la tienen en regla.
Desde Tráfico también señalan que los neumáticos son «los grandes olvidados» en el mantenimiento, cuando en realidad tienen un papel fundamental en la conducción, ya que se encargan de asegurar la adherencia en el empuje, en la frenada y en el deslizamiento lateral.
Aproximadamente más de un millón de los vehículos circulan con defectos graves en las ruedas por llevar una profundidad del dibujo por debajo del mínimo legal de 1,6 milímetros, tener un desgaste irregular debido a una mala suspensión o una alineación incorrecta.
La DGT destaca la necesidad de vigilar la presión del neumático y de la rueda de repuesto, y de prestar especial atención a los vehículos de uso profesional como las furgonetas que presentan un mayor índice de defectos.
Por otro lado, Tráfico subraya que las luces también son un elemento esencial de los coches porque no solo sirven para ver sino también para ser vistos, por lo que hay que mantener y regular los faros, para conseguir y disponer de luz suficiente y para no deslumbrar a quién circula.
Entre los consejos sobre las luces del coche que recomienda la DGT están cambiar las lámparas cada 40.000 kilómetros o 2 años, cambiarlas de dos en dos debido a su uso simultáneo y mantener los faros y los pilotos siempre limpios.
Además de luces y neumáticos, los agentes de seguridad vial también vigilarán que las matrículas sean legibles y recuerdan que la imposibilidad de identificar una matrícula conlleva una multa de 200 euros. Si además se descubre algún tipo de manipulación fraudulenta las sanciones ascienden a 6.000 euros y la pérdida de seis puntos.
Asimismo señalan la necesidad de verificar que el parabrisas no presenta ningún daño porque es una pieza fundamental en la resistencia estructural del vehículo o en la eficacia del airbag.
Por último, la DGT ha recordado que hay que llevar el permiso de circulación del vehículo en el que figuran los datos técnicos del mismo y los datos de su propietario (o una autorización de la Jefatura de Tráfico en su ausencia) y la tarjeta de la ITV con su pegatina correspondiente.
Tráfico insiste en que el riesgo de fallecer o resultar herido grave se multiplica por dos cuando se comparan los accidentes ocurridos con vehículos de 10 a 15 años de antigüedad, en relación con los que suceden con coches de menos de 5 años.