El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha reafirmado que la petición del juez del caso 'Dina' para investigarle por presuntos delitos quedará en nada y ha replicado al PP que le acuse de cosas «verosímiles», como el querer una república para España, para tirar de refranero: «Se cree el ladrón que todos son de su condición».
Así lo ha detallado en el Pleno del Senado tras una pregunta parlamentaria de la senadora popular María Salon, quien le ha calificado de «machista» y un político «incoherente» al acogerse al aforamiento que antes criticaba y sin el cual estaría ahora imputado.
Pese a que la iniciativa versaba de los compromisos del Gobierno para la Agenda 2030, Salom ha sacado a colación la situación judicial del también líder de Podemos para cuestionarle su cambio de criterio, dado que antes proponía suprimir el aforamiento de los políticos al entender que era algo propio de la «casta».
«¿Quién es usted, el de Vallecas o el de Galapagar?», le ha cuestionado la senadora popular para subrayar que Iglesias se ha «convertido en todo lo que criticaba» y de estar invadiendo las instituciones para su «beneficio» con el «beneplácito» del PP.
Además, le ha preguntado por qué está tan seguro de que el Tribunal Supremo no le va a investigar, tras decir varias veces que no concibe esa posibilidad, y si esas palabras las desliza porque maneja «información privilegiada», ya sea por algunos miembros de la Fiscalía o por el mismo presidente, Pedro Sánchez.
Frente a estas palabras, Iglesias ha señalado que no es necesario tener información privilegiada porque solo basta ver el criterio previo de la justicia para conocer el recorrido que tendrá esas acusaciones.
Tras ello, el vicepresidente segundo ha relatado que el PP les han acusado de tener «cuentas en paraísos fiscales», de financiación «ilegal», de cometer delitos en las obras de su nueva sede o incluso de machismo.
«Lo que me está acusando es de ser dirigente del PP», ha ironizado para requerir a la senadora del PP que lance acusaciones más verosímiles, como el querer más impuestos a las capas más ricas de la sociedad, el aspirar a una banca pública o querer «una república para su patria».
Finalmente, Iglesias ha concluido al decir que existe un refrán «cruel» que le «viene al pelo» al PP: «Cree el ladrón que todos son de su condición».
Lo realmente inaudito es que a estas alturas, las manadas podemitas no se haya percatado aún de que ese pseudo partido político no es otra cosa que un gran proyecto personal (bastante bien montado, por otra parte) de su líder supremo. Un aprendiz de sátrapa de sainete y vodevil de alcoba, que en muy poco tiempo ha conseguido pasar de ser un don nadie a vivir como un potentado y ostentando una de las más altas jerarquías del Estado, gracias a una verborrea casposa y demagógica de vendedor de alfombras o de asamblea de instituto, que no habría tenido ningún recorrido político en ningún país medianamente digno. En España por desgracia abunda todo lo contrario: El analfabetismo cultural y político, la zafiedad, la bajeza moral (Sálvame...) o la grandiosa ignorancia histórica, son señas propias de la idiosincrasia actual de este país y el mejor caldo de cultivo donde esta clase de charlatán de feria puede medrar y conseguir que decenas de miles de descerebrados le sigan votando.