España es el país de toda Europa que más dinero dedica a sus cárceles, por encima incluso de otros con mucha más población como Alemania, Francia, Italia, Inglaterra con Gales o Rusia, según el Consejo de Europa, que publica este martes su informe SPACE I con datos de 2021. El presupuesto penitenciario en España fue el pasado año de 6.120 millones de euros, superior al de Inglaterra con Gales (4.224 millones), Rusia (3.720 millones), Alemania (3.721 millones), Francia (3.056 millones) e Italia (2.982 millones). La administración catalana, única comunidad autónoma que tiene transferidas las competencias de prisiones, gastó 420 millones de euros con una población penitenciaria de 17.882 presos, frente a los 5.629 millones del resto de España, con 47.228 internos. La cifra global de presos en las 49 administraciones penitenciarias que participaron en este estudio fue 1.414.172. Un 15 % eran extranjeros, el 4,7 % mujeres y su edad media era 36 años.
Los autores del informe, que elabora la Universidad de Lausana, cifran en 234,50 euros por día el gasto por cada preso en España, frente a 157,72 en Alemania, 147,06 en Inglaterra y Gales, 135,37 en Francia, 135,51 en Italia, 55,42 en Portugal y 28 euros en Grecia. El director de SPACE I, Marcelo Aebi, declaró a Efe que es difícil sacar conclusiones cuando se comparan las cifras de gasto, aunque «una hipótesis plausible es que el presupuesto penitenciario de España se haya mantenido estable en un contexto de disminución de la población penitenciaria». «Al distribuir la misma cantidad entre menos personas -añadió Aebi-, la parte que cada uno recibe aumenta». Además, se da la circunstancia de que en 2020 y 2021 hubo ofertas de empleo público de 1.058 y 1.135 plazas para cubrir jubilaciones. Una de las tendencias recogidas en el estudio es que en 2021 disminuyeron la mayoría de los delitos, pero se incrementaron los cometidos en internet. En España, el 30,3 % de las condenas fueron por delitos de robo (9 % de media europea), un 16,9 % por drogas (17,1 de media), un 8,2 % por homicidios (13,8 %), un 5,6 % por delitos económicos (3,4 %), un 4,5 % por agresiones con lesiones (5,9 %) y un 4,1 % por hurtos y delitos sexuales (12,3 % y 3 %).
«La pandemia ralentizó el funcionamiento de las fiscalías y los tribunales, y disminuyó el número de personas que entraron en prisión», señalan los autores del estudio. Eso disminuyó el número de internos, como también la puesta en libertad de presos como medida preventiva por la Covid-19. El índice de encarcelamiento bajó en Francia (11,7 %), Italia (11,1 %), Portugal (10,8 %), Alemania (6,9 %) y España (6,1 %). La tasa de población en prisión, medida en número de internos por cada 100.000 habitantes, fue superior a 300 en Rusia y Turquía; España y Portugal se mantuvieron ligeramente por encima de los 100; Francia y Bélgica por debajo de 100; y Alemania por debajo de 80. El hacinamiento penitenciario, cuando hay más presos que plazas, se constató como un fenómeno que persistía en 2021 en Grecia, Bélgica, Italia y Francia. Por el contrario, en España había 73,4 presos por cada 100 plazas y tampoco había esos problemas de masificación en Alemania (81,6), Portugal (88,3), Inglaterra (96,4) o Rusia (66,6).