El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha negado este lunes que se haya espiado al entorno de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con recursos municipales, mientras que los grupos de izquierda creen que sí se utilizaron medios para fines partidistas en este asunto y han tachado la intervención del regidor como «una vergüenza» llena de «maniobras de distracción».
Almeida ha comparecido el último en la décima sesión de la comisión de investigación del Ayuntamiento de Madrid para dilucidar si se utilizaron recursos públicos para espiar al hermano de Díaz Ayuso, después de las citaciones de la coordinadora general de la Alcaldía, Maite García Duarte, y el jefe de prensa del regidor, Daniel Bardavío. Almeida ha negado, de forma escueta, que se haya espiado con medios municipales a Ayuso y su entorno, y también ha rechazado que la dirigente regional acusara al Ayuntamiento de espiarla «en ningún momento», al tiempo que ha dicho que tuvo la «convicción» de que no había caso «en el mismo momento» en que «culminaron» las averiguaciones que mandó hacer, en torno al 10 u 11 de enero. Tras su intervención, ha afirmado sentirse «contento y satisfecho» por haber dado «todas las explicaciones» al respecto y ha subrayado que todos los grupos municipales «sin excepción» coinciden en que «no hubo espionaje en el Ayuntamiento de Madrid».
«No hubo encargo, no hubo dinero público, no hubo siquiera personas que, al amparo del Ayuntamiento, intentaran que, efectivamente, se produjera esa trama de obtención de información», ha indicado el alcalde en declaraciones a la prensa posteriores a su comparecencia, donde ha lamentado que la izquierda «no haya tenido la capacidad de estar a la altura de lo que los madrileños exigían». La ciudadanía demandaba que se tomaran la cuestión «en serio», no como «cotilleos» ni intervenciones basadas en «su interés partidista» por encima del general. «Lo que ha quedado claro es que a los grupos municipales de la oposición les importaba todo menos hablar de si se había producido o no el espionaje, han querido emborronar la imagen de muchísimas personas», ha afeado. La décima sesión de la comisión ha estado marcada, además de por la presencia del regidor, por la ausencia de quien fuera su director general de Coordinación de Alcaldía, Ángel Carromero, que finalmente no ha acudido al edificio de grupos del ayuntamiento.
A las puertas del inmueble esperaban los medios y los concejales por si aparecía el apuntado como «fontanero» del presunto intento de espionaje a la presidenta madrileña que dimitió la tarde del pasado 17 de febrero. Pero Carromero no se ha personado, no así la coordinadora general de Alcaldía, Matilde García Duarte, que ha asegurado que no tenía «relación» con el ex director general de la Alcaldía porque «ni coordinaba ni supervisaba» las funciones que él tenía. Duarte, superior jerárquica de Carromero en el Consistorio, también ha defendido que su cese fue «perfecto» en términos de formalidad, en tanto que contó con su aprobación «verbal» o «por escrito». Y ha insistido en que ella «no era la jefa» del entonces director general porque sus labores dependían «de forma directa» del alcalde de Madrid, mientras que ha asegurado que se enteró por la prensa del supuesto intento de espionaje a la presidenta autonómica.
Antes se enteró Daniel Bardavío, el nuevo jefe de prensa del alcalde, según ha dicho en la segunda comparecencia de la jornada. «Me lo cuenta el alcalde el 16 de febrero por la mañana, me cuenta que había este rumor, que había hecho una serie de indagaciones y averiguaciones y que no se había llegado a nada más, que era imposible que se hubiera producido, que los presuntos actores de estos hechos habían negado los mismos» y que los medios de comunicación iban a publicar la noticia, ha relatado. Bardavío ha manifestado que, después de conocer la cuestión, informó «inmediatamente» a Matilde García Duarte, una afirmación que entra en contradicción con la versión que ella misma había dado una hora antes en la comisión, en tanto que ha sostenido que conoció los hechos a través de la prensa, el 16 de febrero por la tarde-noche. La de hoy era la última sesión programada de esta comisión de investigación pero ha quedado prorrogada hasta el próximo 7 de junio, con el objeto de «posibilitar» que se produzcan todas las comparecencias solicitadas y elaborar el dictamen final, que habrá de ser debatido y votado en el pleno municipal.