Los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN acordarán en la cumbre de esta semana en Madrid aumentar a «más de 300.000» los efectivos de las fuerzas de respuesta rápida, que facilitan una reacción ágil en caso de emergencias, ha anunciado este lunes el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg.
En una rueda de prensa previa a la cumbre, Stoltenberg ha esbozado las líneas de una cumbre que espera sea «transformadora» para la Alianza, tanto en términos militares como políticos. El nuevo marco estratégico servirá como 'hoja de ruta' para los próximos años e incluirá algunos compromisos prácticos. «Transformaremos la Fuerza de Respuesta de la OTAN y aumentaremos el número de nuestras fuerzas de alta disponibilidad. A más de 300.000», ha dicho Stoltenberg, que también ha confirmado el refuerzo de algunos de los batallones desplegados en el este de Europa a nivel de brigadas.
Estas fuerzas fueron las primeras que se pusieron en alerta para responder a la invasión rusa sobre Ucrania, activándose a finales de febrero. Se componen de hasta 40.000 efectivos con capacidad para desplegarse en cualquier escenario en un plazo de cinco días y durante un máximo de 30. El jefe de la OTAN ha explicado que, en conjunto, se trata de la mayor revisión del sistema de disuasión y defensa colectivo desde la Guerra Fría, pero considera que la situación así lo amerita, después de la «brutal invasión» ordenada sobre Ucrania por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
De hecho, Rusia es «la mayor y más directa amenaza» para la seguridad de la OTAN a día de hoy y, con este país, el diálogo «no está sobre la mesa» a día de hoy. Stoltenberg ha lamentado este distanciamiento, pero ha asegurado que no cabe más que «responder» a la nueva realidad. La OTAN está «lista» para proteger a los aliados y, en este sentido, Stoltenberg confía en que Putin entienda cuáles serían las «consecuencias» de lanzar otro nuevo ataque.