La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha lamentado este viernes que mientras los socios de investidura están dispuestos a hacer cesiones para llegar a un acuerdo sobre la ley del 'solo sí es sí', el PSOE deje en manos del PP la reforma de una ley feminista.
En declaraciones a los periodistas antes de participar en la presentación del «Informe LGTBfobia en las aulas 2021-2022» realizado por COGAM, la ministra de Igualdad ha asegurado que su departamento está dispuesto a hacer «cesiones» para intentar llegar a un acuerdo con el PSOE en la reforma de la ley de garantía integral de la libertad sexual que se debate la próxima semana en el Congreso.
Y ha subrayado que su principal objetivo «con todas las cesiones que hemos hecho», como la subida de penas, es preservar el consentimiento como centro del Código Penal. «Por eso es aún más inexplicable que a pesar de que la mayoría de investidura estemos cediendo y estemos intentando por todos los medios llegar a un acuerdo con el PSOE, el PSOE se aleje de la mayoría de investidura y deje en manos del PP la reforma de una ley feminista como es la ley del solo sí es sí», ha denunciado.
Montero cree que el PSOE tiene «muy difícil» explicar un pacto con el PP en esta materia. «El propio PSOE reconoce que el PP se ha opuesto a lo largo de toda la historia de nuestra democracia a todos los avances en derechos de las mujeres», ha apuntado. Ha advertido de que lo que está haciendo la derecha es intentar «humillar» al PSOE «obligándole» a pactar enmiendas que todavía abundan más en esa vuelta al Código Penal de la violencia y la intimidación.
«Espero que las enmiendas que hemos presentado hagan reflexionar al PSOE y entender que podemos llegar a un acuerdo para dar una respuesta a las víctimas y a la sociedad ante estas decisiones judiciales de rebajas de penas, pero una respuesta feminista que nos permita mejorar la ley y no retroceder en derechos de las mujeres», ha señalado.
Sobre los casos de agresiones sexuales protagonizadas por menores, la ministra ha insistido en que ahora hay una mayor visibilización y una menor normalización de las violencias y ha recordado que la edad de acceso a la pornografía violenta se sitúa en los 8 años. Ha defendido la necesidad de políticas públicas que garanticen que desde las primeras edades en las escuelas les ayudan a entender qué es la violencia y cómo pueden tener herramientas para identificarlas y para pedir ayuda. «La educación sexual es la mayor garantía de que podamos construir vidas libres de violencias», ha destacado Montero.