El candidato de JxCat a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado este martes que abandonará la «política activa» si no logra ser presidente tras las elecciones catalanas del 12 de mayo. «No puedo hacer política activa si no tengo la responsabilidad de la presidencia, que es lo que me lleva a presentarme. Tiene poco sentido que ahora me dedique a hacer de jefe de la oposición o vaya al Senado a calentar sillas como senador autonómico», ha asegurado Puigdemont en declaraciones a Rac1, en la que ha sido su primera entrevista desde que anunciase desde Francia a finales del mes pasado que sería el candidato de Junts a las próximas elecciones al Parlament.
A estas elecciones se presenta con la intención de lograr ser el próximo presidente de la Generalitat, aunque solo lo hará si tiene una mayoría independentista que le apoye, cerrando así la puerta a un posible pacto con el PSC. Tanto si tiene los apoyos para ser elegido presidente como si no, Puigdemont regresará a Cataluña el día en que se celebre el debate de investidura en el Parlament: «Con la ley de amnistía, que es una condición necesaria pero no suficiente para resolver el conflicto, se cierra una etapa, la del exilio (...). La manera de devolver dignamente la institución que se fue al exilio es volver al Parlament, en las condiciones que sean», ha dejado claro.
Puigdemont despeja así la incógnita de cuándo será su regreso, que se producirá «fuera de un contexto electoral»: «Ahora que estoy al final del trayecto, no me podría perdonar que lo pusiera al servicio incluso de mi partido. Venga, voy a hacer la aparición magistral en el mitin final en Barcelona. Aunque legalmente lo pueda hacer, esto no lo haré».
A su juicio, su retorno deberá ser «un acto más de país que de partido», por lo que no debe ser ni un acto «al servicio de una estrategia electoral» ni tampoco «una gamberrada» como hacerse «un 'selfie' en Figueres y publicarlo desde Perpiñán», ha señalado en una crítica velada a la exconsellera y eurodiputada de Junts Clara Ponsatí, con quien ha dicho estar decepcionado.
También ha cerrado la puerta a participar en un debate a tres con los candidatos de ERC, Pere Aragonès, y PSC, Salvador Illa, para hablar de temas «autonómicos», y ha lanzado un mensaje al president, que le había retado a participar en un cara a cara. «No hace falta un cara a cara, sino trabajar codo con codo», ha señalado.
Las palabras de Puigdemont han tenido contestación desde el Govern a través de la vicepresidenta, Laura Vilagrà, y la portavoz del Ejecutivo, Patrícia Plaja, que le han reprochado que no quiera debatir con el president y que han advertido que el independentismo debe trabajar «codo con codo y no codo contra codo».
Cinco planes de retorno y críticas a ERC
A pesar de que ha expresado su voluntad de retomar el trabajo conjunto con ERC, Puigdemont ha lanzado un dardo a los que fueran sus socios de coalición, a propósito de la decisión de no investirlo a distancia como president en enero de 2018.
De haberlo hecho, Puigdemont habría vuelto a Cataluña; ha revelado que tenía hasta cinco planes para volver sin ser detenido, de los cuales solo uno sería el válido, y que, de contar con la mayoría parlamentaria en enero de 2018, su retorno se habría producido en cuestión de días.
Unas elecciones con consecuencias en el Congreso
El expresident también ha lanzado una advertencia al PSOE al decir que tendría «poco sentido» apoyar al Gobierno en el Congreso si el PSC «pone palos en las ruedas a lo que una mayoría de catalanes ha elegido», en alusión a un eventual tripartito que le impida ser presidente.
Puigdemont tiene presente el movimiento que propició que el socialista Jaume Collboni sea alcalde de Barcelona en detrimento del candidato de Junts, Xavier Trias: «Lo que hizo en Barcelona tiene un punto de indignidad porque se hizo un poco a traición, porque hasta pocas horas antes nos habían dado un mensaje completamente diferente».
«Si el PSC quiere hacer esto, allá su responsabilidad. La negociación con el PSOE la hacemos directamente y sabemos dónde la tenemos, la queremos tener directa, además. Si Illa quiere hacer una jugada tipo Collboni para Cataluña demostrará poco interés para que a Cataluña le vaya bien», ha añadido.
Máximo respeto del Gobierno e ironía e indiferencia en el Congreso
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha manifestado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el pronunciamiento de Puigdemont se enmarca en una postura «personal» que el Ejecutivo no entra a juzgar, y se ha limitado a incidir en la prioridad de «mejorar la convivencia de Cataluña y de Cataluña con España» con «hechos, actuaciones y propuestas».
«Sobre la decisión personal de Puigdemont, como la de cualquier otro dirigente político, no tengo que hacer ninguna valoración. Máximo respeto a lo que cada uno decida en un futuro sobre su propia trayectoria política, faltaría más», ha señalado Alegría.
En el Congreso, los grupos han recibido con ironía e indiferencia el anuncio de Puigdemont y así el socialista Patxi López ha augurado que el expresident «abandonará la política porque Salvador Illa va a ser president», mientras que el popular Miguel Tellado ha considerado que «debería sentarse ante la Justicia y rendir cuentas».
Para la portavoz de Vox, Pepa Millán, es «maravilloso que deje la política porque lo que tiene que hacer es jugar al dominó en el patio de la cárcel», en tanto que la diputada de Compromís Águeda Micó ha señalado que la situación de Puigdemont es complicada y ha expresado su respeto por tal decisión.