La Generalitat de Cataluña permitirá el llenado de piscinas con la condición de que sean de uso público y declaradas como refugios climáticos, al tiempo que ha fijado un tope específico de consumo máximo para establecimientos turísticos, de 100 litros por plaza en fase de emergencia, como están ahora Barcelona y Girona. Según el Govern, el umbral de 100 litros en fase de emergencia es equivalente al consumo doméstico de los ciudadanos catalanes.
Eso sí, ese umbral para el turismo será obligatorio solo en municipios donde, durante tres meses, se superen las dotaciones máximas contando todos los consumos (200 litros por habitante y día en fase de emergencia), un límite que por ejemplo no supera la ciudad de Barcelona.
En su reunión semanal de cada martes, el Govern ha aprobado un nuevo decreto que adaptará la regulación vigente de la sequía, en un momento en el que gran parte de Cataluña sigue en fase de emergencia por sequía a pocos meses del verano, la temporada estrella para el sector turismo.
Las lluvias de marzo han aumentado las reservas de las cuencas internas del orden de 24,5 hectómetros cúbicos (hm3), con lo que han aumentado cuatro puntos porcentuales hasta más del 18 % y 125 hm3.
Sin embargo, la situación de emergencia se mantiene en gran parte de las unidades de las cuencas internas, entre ellas el sistema Ter Llobregat, el más grande de Cataluña y que abastece el área metropolitana de Barcelona y parte de la provincia de Girona.
Con la mirada puesta en el verano y con la intención de equilibrar la grave sequía, el combate a las altas temperaturas del verano y el turismo, el Govern ha acordado este decreto que deberá validar la Diputación Permanente del Parlament y que será vigente cuando lo publique el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC).
Cada una de las fases de la sequía establece un consumo máximo por persona y día que incluye todos los usos de un municipio (doméstico, industrial, agrícola o urbano), que en el caso de la emergencia es de 200 litros, pero hasta el momento no había un umbral específico para el turismo, algo que criticaban entidades ecologistas y algunos partidos de la oposición.
Con este nuevo decreto, el Govern establece un umbral para alojamientos turísticos en función de cada fase: 115 litros por plaza en excepcionalidad (fase en la que están parte de la Cataluña Central y del norte de Girona), 100 litros en emergencia I (área metropolitana de Barcelona y gran parte del este de la provincia de Girona) y 90 litros en emergencia I (solo está el embalse de Darnius Boadella, cerca de Figueres, en Girona).
Condiciones al rellenado de piscinas
Ante un posible verano de calor extremo, los ayuntamientos harán un censo de las piscinas que puedan ser decretadas como refugio climático para que se puedan rellenar. Las piscinas censadas como refugio climático podrán rellenarse en las cantidades «indispensables para garantizar la calidad sanitaria del agua» y siempre que se apliquen medidas de ahorro adicionales que compensen el agua que se utilice, como puede ser el cierre de duchas, ha informado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. La medida está pensada sobre todo para piscinas municipales de titularidad pública, pero también podrían entrar en este grupo las privadas.
No es el caso de las privadas de uso particular -de una única casa-, pero sí pueden considerarse las de comunidades de vecinos, en el caso de que se llegue a un acuerdo con el ayuntamientos para que estas piscinas puedan abrirse al público y sean declaradas refugios climáticos. Lo mismo ocurre con las piscinas de hoteles o cámpines; si quieren rellenar, deberán llegar a un acuerdo con el ayuntamiento para garantizar un uso público, más allá de los clientes, y ser declaradas como refugios climáticos.
Regulación de las desalinizadoras móviles
En todo caso, el sector turístico tiene otra alternativa, las desalanizadoras móviles de titularidad privada, como la que promueven los hoteleros de Lloret (Girona) y para las que el nuevo decreto establece un régimen especial con las condiciones para ser autorizadas.
Entre ellas, destaca que la desalinizadora se use para la actividad económica en concreto y sirva para mantener los puestos de trabajo, y que los hoteles que se beneficien presenten un plan de ahorro de su consumo de agua.
Como el agua de desalinizadoras móviles no es de la red y no reduce la disponibilidad de agua de boca, el Govern permite usarla para rellenar piscinas del sector turístico que dispongan de esta infraestructura.
"Pero si no tienen desalinizadora privada y si el ayuntamiento del municipio no lo considera un refugio climático, veremos este verano algunos hoteles con una piscina impracticable, lo que es grave pero más grave es la sequía que vive Cataluña«, ha afirmado la portavoz. Plaja ha defendido que el cometido del Govern es equilibrar las necesidades de los sectores económicos con que »el ciudadano siga teniendo agua cuando abre el grifo y que se pueda duchar".