¿Podrían las Fuerzas Armadas participar en el control la inmigración irregular? Este planteamiento del PP, que ya lanzó Vox hace tiempo, ha abierto un debate en torno a una propuesta que, según expertos consultados por EFE, es innecesaria, al menos por el momento. Fue este jueves cuando el portavoz de PP en el Congreso, Miguel Tellado, lanzó la idea de desplegar barcos de la Armada para frenar la entrada de cayucos.
No es la primera vez que un partido propone la intervención del Ejército. Ya lo hizo Vox después de que en mayo de 2021 entraran en Ceuta 12.000 migrantes, en la mayor crisis migratoria de la historia entre España y Marruecos. EFE ha consultado a varios expertos y profesionales de las fuerzas de seguridad y creen que, por el momento, la lucha contra la inmigración irregular debe seguir en manos de los cuerpos policiales. Solo en el caso de que la inmigración afectara a la seguridad nacional, es decir, si algún país utilizara a los migrantes para desestabilizar el nuestro, la intervención de las Fuerzas Armadas sí estaría justificada, dice un experto.
Un alto mando de las fuerzas de seguridad es tajante y dice a EFE que ahora mismo España «cuenta con los suficientes recursos» para afrontar el problema migratorio, luchar contra las mafias que trafican con seres humanos y cooperar con los países de origen y tránsito. Añade que la participación de las Fuerzas Armadas sería una decisión política que tendría que tener encaje legal. De todos modos, habría que ver primero si es necesaria y después si sería eficaz. «Por ahora, me quedaría con lo que tenemos», insiste.
Y si se decidiera, podría articularse a través de un acuerdo o convenio como el que tienen los ministerios de Interior y Defensa para que las fuerzas de seguridad puedan recabar, como ya se hace en la lucha contra el narcotráfico, la ayuda de la Armada o de los medios del Ejército del Aire y del Espacio para interceptar embarcaciones con droga. Pero esta ayuda está regulada y protocolizada.
El control en origen
La Policía Nacional y la Guardia Civil llevan años trabajando con los países de origen y tránsito sobre el terreno. Y con resultados satisfactorios, según las fuentes. Según los datos facilitados a EFE por el Ministerio del Interior, el despliegue de la Guardia Civil en África en cooperación migratoria con países de origen y tránsito es este: - Mauritania: 35 agentes en Nuadibú y Nuakchot, con dos buques de altura y un helicóptero. - Senegal: 34 efectivos en Saint Louis, Dakar y Kaolack-Mbour, más dos buques de altura y dos patrullas fluviales. - Gambia: seis agentes en Banjul y un patrulla marítima. Mientras, la Policía Nacional esta desplegada así: un agente en Senegal (en otras ocasiones ha tenido más), 8 en Mauritania y 2 en Gambia, con equipos conjuntos de investigación en el caso del segundo Con Marruecos, tal y como reflejaba el informe de Seguridad Nacional de 2023, existe una doble colaboración: una con financiación de la UE —el proyecto Apoyo a la gestión integrada de las fronteras y la migración, en el que participa la Guardia Civil— y otra bilateral —las patrullas mixtas Guardia Civil-Gendarmería Real Marroquí—.
Los resultados
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha resaltado en numerosas ocasiones los buenos resultados de esta cooperación en origen. Tanto es así que, según datos de Interior, se evitan entre un 35 y un 40 por ciento de las salidas de migrantes, lo que para el ministro supone haber salvado esas vidas. Otros datos que reflejan estos resultados son los que se han conocido en los viajes de trabajo del ministro a alguno de esos países. Así, en su cuarta visita a Mauritania Marlaska, en octubre de 2023, pudo saber que esa cooperación había evitado en lo que iba de año la entrada de al menos 7.000 migrantes en Canarias.
En otra visita, esta vez a Senegal, se ofrecieron también cifras similares. La cooperación de las fuerzas de seguridad desplegadas allí y el trabajo de las autoridades locales habían conseguido interceptar en los diez primeros meses de 2023 un total de 7.123 migrantes, lo que suponía haber evitado casi la mitad de las llegadas irregulares a Canarias desde ese país. ¿Cuándo ha intervenido el Ejército? En el debate abierto tras la propuesta de Tellado han salido a relucir algunos casos de intervención del Ejército en las crisis migratorias.
Pero como destacan algunas de las fuentes consultadas, lo ha hecho en momentos puntuales para hacer frente a los saltos masivos en las vallas de Ceuta y Melilla o para reforzar la vigilancia de esos perímetros en momentos de extrema presión. Y sí ha participado en misiones de rescate en el Mediterráneo, coordinadas por la agencia europea Frontex, que durante muchos años dispuso de una flota de buques militares dedicados al rescate de las embarcaciones que partían de las costas de Libia. Un ejemplo es el de mayo de 2016, cuando la fragata de la Armada española 'Reina Sofía', apoyada por un avión de Ejército del Aire y por el buque de la Guardia Civil 'Río Segura' rescató a un centenar de migrantes que viajaban en varias embarcaciones frente a las costas de Libia.
Pero, como explica un experto, no es lo mismo -porque la gente lo confunde- participar en los acuerdos internacionales de rescate en el mar que actuar por su cuenta y riesgo en las aguas territoriales de un país. «Es primordial detectar las mafias, abortar salidas y hacer que los países de origen reconozcan como delito organizar las pateras, etc... Rescatar en el mar es otra cosa, es una obligación», apostilla.
Más acuerdos de readmisión
Una vez rescatados, los inmigrantes son llevados hasta puerto seguro, recuerda esta fuente, con muchos años de trabajo en la lucha contra la inmigración irregular. «¿Y si tuviéramos un acuerdo de readmisión firmado con los países de origen? ¿Y si Europa hiciese efecto palanca sobre esos países? Estos aceptarían a las personas rescatadas. Para eso no hace falta recurrir al Ejército, sino a un trabajo de campo realizado por especialistas de las fuerzas de seguridad... por tierra, mar y aire», enfatiza. Un trabajo con los países de origen que incluye formar a sus policías fronterizas, dotarles de medios y asesorarles en materia legal. Pero para ello, también se necesitan más agentes españoles con más y mejores medios, concluye.