El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece este miércoles en el Palacio de la Moncloa para hacer balance del curso político que termina, en cuyo contexto explicará su decisión de presentar una querella por prevaricación contra el juez Juan Carlos Peinado.
Sánchez hará el balance habitual antes del paréntesis veraniego, una práctica que se recupera, ya que el año pasado no se convocó debido a que las elecciones generales se habían celebrado el 23 de julio.
Como es tradicional ya en estas comparecencias, el jefe del Ejecutivo dará cuenta del porcentaje de cumplimiento de sus promesas, tanto del debate de investidura como de los acuerdos suscritos con otras formaciones políticas.
Pero dos asuntos coparán gran parte de la atención de esa rueda de prensa: la actuación del juez Juan Carlos Peinado en la investigación contra Begoña Gómez, esposa del jefe del Ejecutivo, y el preacuerdo entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
Por ambos asuntos fue preguntado este martes Sánchez en su comparecencia ante los periodistas en Palma tras el despacho de verano que mantuvo con Felipe VI.
Sin embargo, sobre la investigación del juez, su decisión de acogerse al derecho a no declarar tras ser citado como testigo y la presentación de una querella por prevaricación contra Peinado por parte de la Abogacía del Estado, no hizo comentarios por respeto, dijo, al despacho con el rey, y emplazó a hablar sobre ello en esta jornada.
Sí comentó el preacuerdo para investir a Illa que debe ser votado por las bases de ERC al asegurar que es «bueno para Cataluña y para España» y subrayar que el texto recoge el compromiso con la «solidaridad interterritorial» y la «igualdad entre españoles».
Al hilo de ello tendrá la oportunidad de expresar su opinión sobre las consecuencias que ese acuerdo, en caso de que se ratifique, puede tener para la marcha de la legislatura y si puede dificultar aún más el apoyo de Junts a iniciativas claves del Gobierno como los presupuestos generales después de que la pasada semana tumbara los objetivos de estabilidad.
A la espera de ello es previsible que, tal y como hizo también en Palma, dedique una parte de su intervención a los buenos datos económicos conocidos esta semana como los relativos a la evolución del PIB y la inflación.