Marbella no ha perdonado que el exalcalde Julián Muñoz, fallecido este martes a los 76 años y al que la justicia condenó por corrupción urbanística, se haya llevado a la tumba el secreto de los 46 millones de euros del saqueo durante su época en el consistorio, del que también fue concejal de Fiestas con Jesús Gil.
¿Dónde está el dinero? Esa es la pregunta que se hacen estos días los vecinos de este turístico municipio de la Costa del Sol, sinónimo de lujo y glamur, tras conocerse la muerte del exregidor, que llegó a la política apadrinado por el polémico Gil, también condenado por corrupción urbanística a raíz de destaparse la trama del caso Malaya, y del que llegó a ser su mano derecha. A día de hoy la justicia le ha perdido la pista a la nada despreciable cantidad de 46 millones de euros.
El dinero ha desaparecido como por arte de magia y apenas se sabe de ello lo poco que Mayte Zaldívar, con quien Muñoz se volvió a casar en enero, comentó en un programa de televisión. Confesó en directo que en su casa entraban y salían grandes bolsas de basura llenas de billetes y esta confesión supuso la apertura de una pieza separada, el caso Saqueo, y la llevó a ella y a su hermano Jesús a la cárcel. Los marbellíes no se han acercado a despedir a Muñoz hasta el tanatorio del cementerio de San Bernabé, donde ha estado instalada la capilla ardiente, y quienes pasaban por la puerta se han quejado airadamente del expolio de un dinero que ha salido de sus impuestos y que debería haberse destinado a las necesidades de la ciudad, ha comentado a EFE Beatriz Bazán.
«Por eso no ha venido nadie de Marbella, porque nos han robado. Cuando devuelvan el dinero lo perdonaremos», ha añadido. «Una vergüenza», ha comentado Mari, mientras su vecina María Macías asentía. «Que descanse en paz», ha dicho Paqui González, que ha contado a EFE que por su quiosco, ubicado en la misma calle que el cementerio, han pasado muchos vecinos «hablando de todo y no bien».
Mientras, en la sala número 1 del tanatorio de San Bernabé, la mujer de Muñoz, sus hijas, Eloisa y Elia, y sus nietos velaban en la intimidad los restos mortales del exalcalde, en compañía de un reducido grupo de amigos. Entre quienes sí se han acercado a despedir al exalcalde y a confortar a sus allegados, el hijo de Gunilla von Bismarck, el empresario Francisco Ortiz, cuyo padre falleció hace unos días, y la exalcaldesa de Marbella que sucedió a Muñoz y que también acabó en prisión por delitos similares, Marisol Yagüe, que salía del tanatorio llorando desconsolada.
También se ha acercado el exconcejal de Urbanismo, Juan Antonio Roca, a quien se considera el cabecilla de una trama que convirtió el Ayuntamiento de Marbella en el epicentro de la corrupción urbanística del país y que llevó a la cárcel a políticos, empresarios y funcionarios del Ayuntamiento marbellí. A la salida del tanatorio, Mayte Zaldívar -completamente vestida de negro- ha pedido espacio y ha comentado que estaba muy agobiada, ha dado las gracias los periodistas que esperaban desde temprano para poder hablar con ella y tras confesar que recordará a su marido «con mucho cariño», se ha marchado.
La expareja sentimental de Muñoz, Karina Pau, con quien mantuvo una relación hasta poco tiempo antes de volver a contraer matrimonio con Zaldívar tras más de dos décadas separados, ha llegado con una amiga. Ha asistido al responso y antes de irse se ha despedido con un emotivo abrazo de uno de los nietos del exalcalde, Fran.
La gran ausente ha sido la tonadillera Isabel Pantoja, que fue pareja sentimental de Julián Muñoz y motivo de la separación de este y Zaldívar. A ella también han dirigido su malestar los marbellíes: «Ella también se lo llevó calentito y tampoco nos ha devuelto nada», dice Sara Gómez. Un sacerdote amigo de Julián Muñoz ha rezado un responso en la misma sala del tanatorio donde estaban los restos mortales del exalcalde, que serán incinerados, según han confirmado a EFE desde su entorno, y serán entregados a la familia los próximos días.