La crispación está a la orden del día, más aún tras la tragedia vivida en la Comunitat Valenciana y la deficiente gestión de la emergencia, tal y como certifican los vecinos y principales damnificados. Muchas de las críticas recaen sobre el gobierno de Mazón pero otras tantas se han volcado directamente sobre el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien despierta admiración y animadversión, a partes iguales.
El estallido social llegó a su punto álgido con la visita de los Reyes, Felipe VI y Letizia, a las zonas afectadas, acompañados del President de la Generalitat, Carlos Mazón y el propio Sánchez, que acabó por abandonar la visita tras recibir un golpe y serias amenazas. Desde ese momento, la sociedad continúa calentando la polarización y muchos deciden tomarse la justicia por su mano para lograr, o bien derrocar al actual líder del ejecutivo, o provocar un reinicio político a todos los niveles, algo que en democracia no se puede conseguir desde la violencia.
Por ello, han sido muchos los que han criticado el comportamiento de un viandante que se ha 'colado' en el directo de la periodista Natalia Blanes, de Televisión Española. La reportera se encontraba narrando la situación meteorológica debido a la DANA que se cierne sobre Baleares, cuando el peatón se ha acercado al micrófono y ha dicho literalmente: «Sánchez, hijo de puta, a la prisión, maricón».
Así ha sido el incómodo momento vivido por la periodista:
Decenas de personas y varios compañeros del sector han salido en defensa de la trabajadora condenando la actitud del joven. Ella, por su parte, ha querido hacer alusión en su cuenta de X a un documento de TVE en el que, ya durante el día se ayer, se alertaba sobre diferentes acosos y agresiones a periodistas del canal:
A pesar de la cantidad de muestras de apoyo recibidas por la periodista, los posts sobre el incómodo momento han despertado, a su vez, apoyos y justificaciones a la actitud mostrada por el joven 'intruso'; aunque, sin duda, dentro de que su opinión política no puede ser criticable, interferir en el trabajo de otra persona y de esas formas, no tiene argumentación alguna en su favor.