El PSOE se encuentra sumido en un estado de shock tras la publicación de un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que contiene unos audios que implicarían al exsecretario de Organización del partido, Santos Cerdán, junto al exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, en un supuesto entramado criminal para cobrar comisiones ilegales por adjudicación de obra pública en España.
La reacción de los dirigentes socialistas no se ha hecho esperar. Este viernes el presidente del Gobierno del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha expresado su repudio ante la situación, afirmando que tuvo la oportunidad de leer «en diagonal» el informe y que le costaba creer su contenido. «Cuesta pensar que haya personas que tengan esos comportamientos», ha comentado Barbón, añadiendo que los corruptos «le repugnan» y que la corrupción le da «asco». El líder asturiano ha reconocido sentir un «dolor inmenso» y que lo ocurrido ha sido «un jarro de agua fría terriblemente decepcionante».
Por su parte, la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, no pudo contener las lágrimas en rueda de prensa este pasado jueves por la tarde, al ser preguntada por Santos Cerdán. Chivite explicó que ha podido leer el informe «en diagonal, no en profundidad», y señaló que lo leído «no se corresponde con la persona con la que yo he compartido mi carrera política, que es mi compañero de partido y amigo». La dirigente navarra espera que Cerdán «sea capaz de demostrar su inocencia», respetando la presunción de inocencia mientras no haya un juicio que determine lo contrario. «Desde el respeto a la presunción de inocencia, que creo que eso es lo que debemos hacer todos y todas mientras no haya un juicio que así lo determine, espero que Santos sea capaz de demostrar su inocencia. Está siendo un día complicado».
Los anuncios de Pedro Sánchez
Ante la gravedad de las revelaciones, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió perdón a los ciudadanos por lo ocurrido, solicitó la renuncia de Santos Cerdán a sus cargos, anunció una auditoría interna en el partido y avanzó que habrá cambios en la ejecutiva del PSOE aunque por el momento no contempla convocar elecciones anticipadas. Sánchez busca mostrar contundencia frente a cualquier tipo de corrupción, aplicando una política de «tolerancia cero».
Lo cierto es que el escándalo ha sacudido los cimientos del PSOE y amenaza con erosionar la credibilidad del partido y del Gobierno de Pedro Sánchez. La oposición ya ha exigido explicaciones y responsabilidades políticas al más alto nivel. También los socios del Gobierno y el propio miembro de la coalición, Sumar, que plantea un cambio necesario en las relaciones con los socialistas, aunque hasta ahora no creen necesario usar la carta de la moción de confianza.
Sorpresa!!!! Te hal pillado