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Del bulo a la violencia: Cómo el odio al migrante escala hasta explotar en Torre Pacheco

El partido que lidera Santiago Abascal ha llevado por bandera un discurso contundente contra la inmigración, presentándola como una amenaza a la integridad nacional y la seguridad ciudadana

Disturbios en Torre Pacheco | Foto: Reuters - Violeta Santos Moura

| Torre Pacheco |

Los discursos de odio hacia los migrantes en España han aumentado paulatinamente a raíz de un caldo de cultivo que ya existía y que ha sido avivado por algunos movimientos y partidos políticos hasta llegar a la escalada de violencia que vive estos días Torre Pacheco (Murcia).

Expertos en migraciones, activistas antirracistas y representantes de la comunidad migrante analizan para la Agencia EFE las claves que explican la escalada de violencia de los últimos días en la localidad murciana tras la paliza el pasado miércoles a un vecino de 68 años, por la que han sido detenidos tres jóvenes marroquíes.

A raíz de estos hechos, grupos de extrema derecha se han movilizado por redes sociales para acudir al municipio a realizar una «cacería» de la población migrante que allí reside, disturbios que, hasta este martes, han dejado otros diez arrestados por distintos altercados vinculados a delitos de odio, agresiones y desórdenes públicos.

Los disturbios de El Ejido en 2000 y Elche 2004

No es la primera vez que ocurre, recuerda la doctora en Sociología Elisa Brey, quien sitúa los antecedentes de violencia xenófoba en España en el asesinato de Lucrecia Pérez en 1992, considerado como el primer asesinato racista en España, los disturbios en El Ejido en 2000 y los altercados de Elche en 2004.

En el caso almeriense, la muerte de tres vecinos españoles a manos de temporeros marroquíes desencadenó graves enfrentamientos entre vecinos; en tanto que Elche fue escenario en 2004 de protestas xenófobas contra comerciantes chinos de calzado, que incluyeron la quema de naves.

La experta también señala el caso del asesinato de un niño de 11 años en Mocejón (Toledo) en agosto el año pasado, que dio lugar a multitud de bulos y señalamientos a la población migrante hasta que fue detenido por estos hechos un joven de nacionalidad española.

Y aún quedan rescoldos de la llama prendida por grupos ultras en Alcalá de Henares (Madrid) este mismo mes de julio tras la violación de una joven por un migrante maliense acogido en el Centro de Emergencia, Acogida y Derivación (CAED) de la ciudad. El PP, que gobierna la localidad, ha presentado una moción en el pleno del Ayuntamiento en la que pide el cierre del centro.

La irrupción de Vox en el tablero político

Pero el factor que todas las voces consultadas coinciden en señalar como determinante para el estallido del odio en Torre Pacheco es la irrupción de Vox en el tablero político español a partir de 2018.

Desde entonces, el partido que lidera Santiago Abascal ha llevado por bandera un discurso contundente contra la inmigración, presentándola como una amenaza a la integridad nacional y la seguridad ciudadana, y hace apenas una semana, esta formación agitaba el debate público al proponer deportaciones masivas de millones de extranjeros que residen en España.

Según el análisis de Brey, este partido utiliza conceptos comunes a otras fuerzas de ultraderecha en Europa como los de «remigración» o la teoría del gran reemplazo y se sirve de hechos puntuales como la agresión de la localidad murciana para activar el sesgo de confirmación, con el poder multiplicador de las redes sociales.

Con estas premisas y bajo el pretexto de impartir una supuesta justicia, poner orden o garantizar la seguridad, grupos de ultras se organizan con ayuda de internet para alentar y ejecutar esta violencia.

El último informe de Seguridad Nacional señala que durante el 2024, el radicalismo de extrema derecha ha incrementado su presencia en Europa y España, donde «redes organizadas difunden ideologías nacionalistas y xenófobas, con un discurso centrado sobre todo en el rechazo a la inmigración y promovido en redes sociales».

Los 'ingredientes' perfectos en el caso de Torre Pacheco

El profesor del Máster de Migraciones Internacionales de la Universidad de Comillas, Luis Rodríguez-Calles publicó a finales del año pasado un artículo que -«por desgracia», subraya su autor- ha resultado profético, ya que advertía de algunos factores que podrían hacer estallar la buena convivencia intercultural en Torre Pacheco, una localidad dealrededor de 40.000 habitantes, el 30 por ciento de origen magrebí.

Uno de ellos es que antes existía cierta «complementariedad» en el mercado laboral entre los trabajos ocupados por la población autóctona y la extranjera pero las sucesivas crisis y la agudización de la precariedad laboral ha hecho que esta distancia se reduzca, lo que favorece el discurso de «nos roban el trabajo».

La investigación también señala como factores importantes un abandono de las políticas de integración y convivencia a partir de la crisis de 2008 y la segregación residencial de la población migrante en Torre Pacheco respecto a los vecinos nativos, lo que «aleja posiciones».

Pero para Rodríguez-Calles, lo que parece haber «colmado el vaso» es la ruptura del consenso político en torno a la inmigración con la consolidación de fuerzas con discursos xenófobos y racistas como Vox, que ha legitimado desde las instituciones estos mensajes y ha movilizado un «caldo de cultivo que ya existía».

Cala la idea de los migrantes como culpables de todo

La portavoz de SOS Racismo Madrid, Sarahi Boleko, asegura que la comunidad migrante y racializada vive estos días con «mucho miedo» por su seguridad pero también con mucha rabia y frustración porque, subraya, llevan avisando desde hace tiempo que algo así podía ocurrir.

«Hay un caldo de cultivo que se está generando y organizando desde grupos neonazis -porque no hay otra forma de llamar a esto sino neonazismo- para atacar a personas racializadas por el hecho de serlo y están buscando en todo momento una justificación para ello», denuncia.

Boleko señala directamente a Vox y su discurso hace apenas una semana sobre la deportación masiva de migrantes y al poder de difusión de las redes sociales, donde los bulos contra este colectivo se reproducen de forma impune.

La activista lamenta que este «clima social» y estas «narrativas» han permitido que «grupos neonazis» se vuelvan a organizar públicamente sin, en su opinión, la suficiente contundencia de las autoridades para perseguir este tipo de conductas.

Apunta también que con la sucesión de crisis y problemas estructurales como el acceso a la vivienda o la precariedad laboral, han calado más las ideas xenófobas de ciertas fuerzas y movimientos políticos: «Lo peligroso es que el consenso social está cambiando y señala a los migrantes como culpables de todo», lamenta.

La población marroquí pide una respuesta policial más contundente

«Miedo» e «incertidumbre» son las palabras con las que el presidente de la Asociación Marroquí para la Integración de los Inmigrantes, Ahmed Khalifa, describe los sentimientos de la población marroquí respecto a lo ocurrido en Torre Pacheco estos días.

«Está sufriendo muchísimo, especialmente la gente del pueblo, mucha gente está en sus casas y no ha podido ir a trabajar o está buscando la forma de llegar a sus puestos de trabajo sin que se les vea, no han dejado a los niños salir a la calle por si les agreden», relata.

En su opinión, es «lamentable» que la extrema derecha «esté en la calle haciendo lo que les da la gana y con una sensación de impunidad enorme» y que después de varias noches de disturbios haya pocos detenidos por estos ataques cuando han llegado al municipio «cientos» de personas de diferentes lugares de España y las convocatorias siguen circulando en redes sociales.

Pide un mayor despliegue policial en el municipio para proteger a la población diana y «cambiar el chip» a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «Hay que empezar a detener a la gente e identificar a los agresores porque, si no, estamos lanzando el mensaje de 'puedes hacer esto, lo vamos a tomar como juego y aquí no pasa nada'», reivindica.

5 comentarios

user palmesano | Hace 5 meses

Los bulos en todas partes como la propia sra Brey diciendo que los marroquíes piden más contundencia policial pues si ya se vio ayer como recibían por la noche esos marroquíes a las fuerzas del orden debian darle las gracias tarándoles botellas y piedras hasta con fuegos artificiales incluso la Guardia Civil se llevo tres con ellos y según lo que expone mas que las conclusiones de una socióloga sobre esta revuelta social parece un discurso político regado de imprecisiones o acusaciones interesadas y como hasta usted dice los episodios de violencia contra determinados colectivos se inician a raíz de ataques sobre todo de quienes ustedes parecen defender y resulta que y casi siempre suelen ser los actores con el mismo perfil ,por no decir lo poco objetiva que demuestra cuando dice lo de Torre Pacheco es culpa de otros , no señora Brey lo que fue la causa determínate para el estallido fue la paliza que le dieron al vecino del pueblo pero evidentemente usted esta para dar su versión interesada o politizar tergiversando los hechos ..

Angelcaído Angelcaído | Hace 5 meses

NOMBRES DE LOS DETENIDOS Y FILIACIÓN POLÍTICA DE LOS ESPAÑOLES ( si la tienen ) MIENTRAS HA TENIDO QUE SER LA ERZTAINA LA QUE HAYA TENIDO QUE DETENER A UNO DE LOS AGRESORES.. LOS AGRESORES NO SON VÍCTIMAS Y LAS ENTIDADES CIVILES MARROQUÍES DEBEN PEDIR MESURA A " SUS MUCHACHOS" SI A LA INMIGRACIÓN LEGAL . NO A LA INMIGRACIÓN DESCONTROLADA DE PERSONAS QUE NO TIENEN TRABAJO PERO TIENEN QUE COMER TODOS LOS DÍAS.

Margaretha Margaretha | Hace 5 meses

Pues, algo tendrá que haber hecho el Gobierno de Pedro Sánchez para que se llegue a ese clima. Lo que incentivar a que las mafias traigan más menores (MENAS) en pateras, con la promesa que el Gobierno de Sánchez les dará casa, comida y una paguita, sin dudas, es parte del problema.

user Geperut | Hace 5 meses

Y quienes son los culpables de lo que ha sucedido?. Los de VOX, verdad?

Miris on miris, tot són guiris Miris on miris, tot són guiris | Hace 5 meses

El feixisme s'ha de combatre, no se dialoga amb ells. Ser demòcrata implica ser antifeixista, si no, la convivència està en joc i això és inadmissible

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