La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha lanzado un serio aviso a España sobre la necesidad urgente de establecer un plan concreto para reducir su deuda pública en los próximos años. El organismo internacional considera que los actuales niveles de endeudamiento, que continúan siendo «altos», representan una amenaza real para la economía española en caso de producirse turbulencias en los mercados financieros internacionales.
«Es fundamental mantener una disciplina fiscal para poner la deuda en niveles que permitan hacer frente a un choque en Europa o en otros países del mundo», declaró este martes Alvaro Pereira, economista jefe de la OCDE, al ser consultado específicamente sobre la situación española. Estas declaraciones se produjeron tras la presentación del informe interino de Perspectivas, documento que recoge las previsiones de crecimiento económico para los países que conforman el G20.
Pereira señaló que las proyecciones indican que la deuda española, expresada como porcentaje del PIB, experimentará un descenso durante el año en curso, 2025. Sin embargo, enfatizó que lo verdaderamente crucial es mantener esta tendencia a la baja de forma sostenida durante los próximos ejercicios, dado que «la deuda española es todavía alta» y podría comprometer la estabilidad económica del país ante eventuales crisis.
En su anterior informe de Perspectivas, publicado en junio, la OCDE realizó estimaciones concretas sobre la evolución de la deuda pública española. Según estos cálculos, se preveía que la deuda pasaría del 101,8 % del PIB en 2024 al 100,4 % en 2025 y al 99,3 % en 2026, mostrando una senda descendente pero extraordinariamente lenta.
Estas cifras resultan particularmente preocupantes cuando se comparan con el límite establecido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, que fija el umbral máximo de deuda pública en el 60 % del PIB. España se encuentra, por tanto, más de 40 puntos porcentuales por encima del objetivo comunitario, una situación que genera inquietud entre los organismos económicos internacionales, y que en realidad no es única en el contexto concreto del club comunitario.
La preocupación de la OCDE no se limita exclusivamente al volumen actual de la deuda, sino que se extiende a las posibles consecuencias que este elevado endeudamiento podría tener para la economía española en escenarios de inestabilidad. Un posible incremento de los tipos de interés o un deterioro de la confianza de los inversores podría aumentar significativamente el coste del servicio de la deuda, dificultando aún más su reducción y comprometiendo recursos que podrían destinarse a otras áreas prioritarias.
El aviso de la OCDE llega en un momento en que la economía mundial enfrenta diversos riesgos y tensiones geopolíticas que podrían desencadenar episodios de volatilidad en los mercados financieros. En este contexto, los países con elevados niveles de deuda pública son especialmente vulnerables, ya que disponen de un margen de maniobra fiscal muy limitado para hacer frente a posibles crisis. Además, la OCDE ha subrayado en reiteradas ocasiones que la sostenibilidad de las finanzas públicas es un factor determinante para la calificación crediticia de un país, lo que a su vez influye directamente en el coste de financiación.
Por ello, establecer y cumplir un plan creíble de reducción de la deuda no solo mitigaría riesgos futuros, sino que podría traducirse en un ahorro inmediato en intereses. En cualquier caso, los analistas coinciden en señalar que la reducción de la deuda pública requiere un compromiso a largo plazo y un amplio consenso político que trascienda los ciclos electorales, algo que ha resultado particularmente difícil de alcanzar en la política española de las últimas décadas, caracterizada por una creciente polarización.
PiliExacto!! Y no solo la economía... también tenemos la mejor sanidad del mundo, la mejor democracia, la mejor educación... y un largo etcétera...