La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha ratificado este miércoles en el pleno del Congreso su confianza en su jefe de gabinete ante los ataques de la oposición por el caso Koldo y ha echado en cara al PP el presunto fraude fiscal de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
«¿Sigue poniendo la mano en el fuego por su jefe de gabinete?», le ha preguntado el diputado del PP Elías Bendodo. «Rotundamente sí», le ha respondido la ministra de Hacienda en la sesión de control al Gobierno del pleno del Congreso. En ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de viaje en Nueva York, Montero se ha convertido en la diana de la oposición, que le ha reprochado los presuntos casos de corrupción que salpican al entorno familiar del jefe del Ejecutivo, los acuerdos del Gobierno con Junts y los fallos de las pulseras antimaltrato.
Los 'populares' por su parte no han olvidado que en la instrucción del caso Koldo aparecen las gestiones de Víctor de Aldama con el jefe de gabinete de Montero, Carlos Moreno, para lograr el aplazamiento de una deuda tributaria de una de sus empresas. La ministra ha respondido con el caso de la pareja de Díaz Ayuso preguntando al diputado Juan Bravo, inspector de Hacienda, si no tenía nada que decir de alguien que «se ha declarado delincuente» y si le ha contado al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, «la realidad que hay detrás de todas las mentiras que está diciendo la señora Ayuso».
Bravo ha preguntado al Gobierno si va a seguir dando carta de naturaleza a lo que no es normal, y se ha mostrado convencido de que «queda un día menos para que España despierte de esta penitencia y pueda recuperar la normalidad» Pero Montero ha acusado al PP de hacer oposición con «mentiras» y «bulos» con el único objetivo de «destruir». «A mí lo que no me parece normal es que ustedes mantengan en la Comunidad Valenciana a un presidente, al señor (Carlos) Mazón, que ha costado miles de cientos de vidas por su nefasta gestión», ha apostillado.
Hay que ver que no aprenden, como siga poniendo la mano al fuego, correra el peligro de perderla