La factura de la luz del próximo mes de enero podría marcar un hito significativo al retomar los precios previos a la crisis energética que se inició en 2020, el año de la pandemia. Esta proyección la situaría como la segunda más económica desde aquel periodo, siempre y cuando la referencia del gas europeo, el TTF, se mantenga en una horquilla estable de entre 28 y 32 euros el megavatio hora. Esta perspectiva, que genera optimismo en el sector, sugiere un alivio considerable para los consumidores españoles y europeos.
Según las explicaciones de Antonio Aceituno, director general de la consultora Tempos Energía, de confirmarse esta previsión, el primer trimestre de 2026 sería hasta un 35 por ciento más barato que la media de los inviernos registrados desde 2020 hasta 2024. Además, este periodo se consolidaría como el primer invierno «normalizado» desde la crisis energética que se desencadenó tras el covid. Aceituno ha detallado que «el sistema se mantiene sin tensión, con la referencia del gas moviéndose en torno a los 28,80 euros el megavatio hora, las reservas de gas natural licuado en máximos de los últimos ocho meses —con Noruega operando sin incidencias— y sin peticiones por parte de Asia». Esta confluencia de factores, ha añadido, «mantiene al mercado controlando los precios y a Europa en una situación sin estrés», lo que contribuye a la estabilidad actual.
A pesar de que el mercado gasístico se encuentra en un momento «excepcionalmente barato», los analistas de mercados energéticos advierten que «el invierno no está ganado y cualquier vector puede desembocar en tensión en los precios». En un escenario menos favorable, si el TTF se disparara hacia los 40 o 45 euros, los precios podrían experimentar un incremento de casi el 50 por ciento en comparación con un invierno «benigno». Esto implicaría que el primer trimestre de 2026 podría registrar puntas horarias por encima del rango comprendido entre los 110 y 120 euros el megavatio hora, lo que supondría un retorno a la volatilidad que se ha intentado evitar.
TTF y estabilidad del mercado del gas europeo
La evolución reciente del mercado del gas europeo, con el TTF (Title Transfer Facility) como principal referencia, ha sido un factor determinante en estas proyecciones. Durante las últimas semanas, y a las puertas del invierno de 2025-2026, el TTF ha caído hasta su quinto nivel más bajo desde 2022, situándose específicamente en los 28,83 euros el megavatio hora. Este valor representa un gas un 43 por ciento más barato desde que comenzó este 2025, lo que subraya la tendencia a la baja que ha caracterizado el año. Desde el mínimo absoluto registrado, cuando alcanzó los 22,99 euros, el gas apenas ha experimentado un rebote del 25 por ciento. Esta falta de recuperación significativa lleva a los expertos a afirmar que «es evidente que el mercado no tiene tracción alcista», lo que refuerza la expectativa de precios contenidos. La ausencia de grandes picos de demanda y una oferta constante han contribuido a esta calma, alejando los fantasmas de la escasez y la especulación que marcaron periodos anteriores.
La robustez de los almacenamientos de gas en Europa es otro pilar fundamental que sustenta la actual estabilidad. Los depósitos se mantienen holgados, cerca del 78 por ciento de su capacidad, un nivel que proporciona una considerable colchón de seguridad ante posibles fluctuaciones en la oferta o la demanda. A esto se suma la llegada «con fuerza» de gas natural licuado (GNL), que ha sido crucial para diversificar las fuentes de suministro del continente. Solo en noviembre de 2025, las importaciones de GNL rozaron los 16 millares de metros cúbicos, con varias semanas en las que se superaron los 3,7 millares de metros cúbicos. Esta constante afluencia de GNL, proveniente de diversas geografías, minimiza la dependencia de un único proveedor y fortalece la resiliencia del sistema. Además, la situación en Noruega, un proveedor clave para Europa, se mantiene estable, con una producción diaria que oscila entre los 333 y 337 millones de metros cúbicos, «sin sobresaltos» que puedan generar incertidumbre en el mercado. La combinación de estas reservas elevadas y un suministro diversificado y constante es vital para mantener la calma en los precios.
El clima también juega un papel decisivo en la configuración de este escenario favorable. El CEO de Tempos Energía ha recordado que «el clima también acompaña», con temperaturas que se sitúan entre uno y tres grados por encima de la media estacional. Un invierno más suave de lo habitual reduce significativamente la demanda de calefacción, lo que a su vez disminuye la necesidad de consumir gas para la generación de calor y electricidad. Esta «demanda térmica muy contenida» alivia la presión sobre los mercados energéticos, permitiendo que las reservas se mantengan en niveles altos y que los precios no se disparen. La menor exigencia de energía para calefacción se traduce directamente en un menor consumo de gas, lo que contribuye a la estabilidad del TTF y, por ende, a una factura de la luz más asequible para los hogares y las empresas. La meteorología, por tanto, se erige como un aliado inesperado en la contención de los costes energéticos durante este periodo.
El Title Transfer Facility (TTF) es el principal punto de referencia para el comercio de gas natural en Europa. Se trata de un centro virtual de intercambio de gas, ubicado en los Países Bajos, donde se negocian contratos de futuros y al contado de gas natural. Su importancia radica en que los precios que se establecen en el TTF son utilizados como indicador clave para el coste del gas en todo el continente. Dado que una parte significativa de la electricidad en Europa se genera en centrales de ciclo combinado que utilizan gas natural, cualquier fluctuación en el precio del TTF tiene un impacto directo y casi inmediato en el precio mayorista de la electricidad. Durante la crisis energética de 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, la extrema volatilidad del TTF fue un factor principal en el encarecimiento sin precedentes de la factura de la luz. Por ello, su actual estabilidad en la horquilla de los 28 y 32 euros el megavatio hora es una noticia muy positiva para los consumidores y para la economía en general, ya que anticipa una menor presión sobre los costes energéticos. Las proyecciones actuales para el invierno de 2025-2026 sugieren una estabilidad en los precios de la luz que evoca la era prepandemia, pero la pregunta clave es si esta tendencia se mantendrá a medio plazo. La estabilidad futura dependerá de una confluencia de factores económicos, geopolíticos y climáticos. La transición energética hacia fuentes más limpias también jugará un papel crucial, ya que una mayor penetración de renovables reducirá la dependencia del gas para la generación eléctrica. Sin embargo, la intermitencia de estas fuentes requerirá soluciones de respaldo, que a menudo implican el gas. En definitiva, aunque el panorama actual es alentador, la estabilidad a medio plazo requerirá una gestión energética prudente y una adaptación continua a un entorno global dinámico y en constante evolución.