Quien más quien menos ya ha añadido a su vocabulario la palabra 'pokeparada', esos lugares virtuales del videojuego Pokémon Go en los que reponer otro de esos términos que, desde hace unas semanas, se utiliza con normalidad: pokeballs. Quien haya jugado, y quien no, sabrá que en general las 'pokeparadas' están ubicadas en emplazamientos emblemáticos, desde restaurantes o parques a escuelas o graffitis callejeros, pasando por arte y patrimonio de cada lugar.
Sin embargo, quien busque 'pokeparadas' por Palma se puede encontrar con que algunas llaman la atención no por su valor arquitectónico o cultural, sino por su peculiaridad. Es el caso de la que está ubicada en el histórico club de alterne Globo Rojo, donde centenares de seguidores acuden a diario en búsqueda de pociones, pokéballs y ultraballs.
Otra de las 'pokeparadas' que llamará más la atención de los adultos que de los niños es la que se encuentra en un sex shop del polígono de Son Castelló, donde el dibujo que acompaña al nombre del local sirve para recoger objetos de Pokémon Go.