Eran las 03.00 horas de la madrugada de este sábado cuando el taxista Juan Jaume recogía a una pareja en la calle Pasatge Can Feixina de Palma. La mujer, en avanzado estado de gestación, rompía aguas nada más comenzar el recorrido solicitado hacia el hospital de Son Espases.
Lejos de asustarse, el taxista ha acelerado la conducción para llegar cuanto antes al centro hospitalario. «He oído cómo la mujer rompía aguas en el taxi y unos segundos más tarde el llanto de la niña. Si lloraba el bebé es que todo iba bien, así que no he parado el taxi, he subido la calefacción y he seguido el camino hasta el hospital».
Rápidamente, el vehículo ha llegado a Son Espases donde los profesionales de Urgencias han atendido inmediatamente tanto a la mujer como a la niña, que se encuentran en buen estado de salud.
«Pensaba que esto sólo pasaba en las películas y me ha pasado a mi», ha asegurado emocionado el taxista, quien ha relatado que se ha quedado fuera del hospital para esperar que le dijeran cómo estaban la madre y la hija. El padre ha salido a pagar la carrera, pero él no lo ha aceptado y le ha dicho que era un regalo para la niña recién nacida.
«He pasado muchos nervios, susto y emoción. Además, aunque no haya hecho nada especial, me siento muy satisfecho. Bien está lo que bien acaba», ha concluido Juan Jaume.