Los médicos de un hospital de Nueva Delhi extrajeron por la boca de un paciente una lombriz de casi dos metros de longitud que sentía dolores abdominales y presentaba bajos niveles de hemoglobina en su organismo.
Los facultativos descubrieron tras una colonoscopia que el enfermo resultaba estar infestado de solitarias, y procedieron con una endoscopia a analizar con mayor exactitud a qué se enfrentaban.
Así, dieron con una tenia solitaria, un largo parásito de unos 1,85 metros alojado en el intestino delgado del hombre, que probablemente había ingerido a través de carne de cerdo contaminada.
Con sedación, los especialistas extrajeron al gusano a través de la boca de su huésped, ayudándose de una especie de forceps.
«La quitamos suave y firmemente y al final se completó la intervención después de una hora y quince minutos. Nunca había visto una solitaria de este tamaño antes de este caso en particular», manifestaron.
No obstante, las solitarias pueden llegar a medir entre 2 y 7 metros, e incluso se han registrado casos de solitarias que sobrepasan los 8 metros.