El hashtag, como lo conocemos actualmente, se lo debe todo a Twitter, la red social donde nació hace ahora diez años y donde se popularizó su uso a nivel mundial. Si bien es cierto que la almohadilla (#) ya se usaba con anterioridad con el fin de etiquetar información en canales internautas como IRC, la red social del pajarito ha sido clave en la implantación de las etiquetas como formas de relacionar el mundo a través de la red.
El primer hashtag se atribuye a un usuario de San Diego, quien incluyó '#sandiegofire' en sus mensajes sobre los virulentos incendios de California, y su utilidad dio un importante giro al añadirse automáticamente un hipervínculo de búsqueda a esas palabras clave, que posteriormente marcarían las tendencias del momento, divididas por zonas geográficas de interés, los conocidos como 'trending topics'.
A partir de Twitter, los hashtags se extendieron a otros tipos de redes sociales, y en algunas como Instagram constituyen un elemento central, sirviendo para etiquetar con facilidad temas de interés y conectar por sus gustos a millones de usuarios en todo el mundo.
Muy probablemente hace años nadie de los presentes sabía qué era un hashtag, algo que ha cambiado bastante en 2017. Sin embargo «la palabra 'hashtag' no está registrada en el Diccionario», nos recuerda la herramienta en línea de la Real Academia de la Lengua Española.
Otra voz autorizada, el buscador urgente de dudas lingüísticas de Fundéu, considera «innecesario el empleo de la palabra inglesa 'hashtag'», recomendando que «en su lugar se emplee el término 'etiqueta'. «En cualquier caso, si se opta por el anglicismo, lo adecuado es escribir hashtag en cursiva o entre comillas si no se dispone de ese tipo de letra».
Asimismo, desde el organismo apoyado por BBVA, la agencia EFE y la RAE, recuerdan que es recomendable mantener las tildes en aquellas palabras que por las reglas generales de acentuación deban llevarlas, incluso cuando se utilizan como etiquetas, algo que los usuarios no siempre respetan.