Hay relaciones que desde el primer segundo están condenadas. Y así fue la de Prudencia y Rosario en el programa First dates. Todo fueron diferencias entre estos dos octogenarios que visitaron el restaurante de citas televisivo, sobre todo por la mentalidad machista de él, a lo que ella respondió: «¿Entonces qué coño quieres?, ¿qué quieres tener?, ¿una mujer para qué?, ¿para servirte? Mira, como que no, hijo. Eso ya se terminó».
La cita no fue muy positiva y la distancia entre ambos se mostró desde el momento en que tenían que pedir la cena. «Se lo dejo a las mujeres, que saben más que yo», dijo Rosario ante Prudencia, que insistió en que pidiera lo que él quisiera.
A partir de ahí, todo sólo pudo ir a peor con las reflexiones de él. «La mente de la mujer en la casa es la principal» o «¿Usted sabe la alegría que me daría que estuviera una mujer en la casa para controlarla? Para decirle esto, esto y esto. Porque conmigo hacen lo que quieren». Evidentemente, a Prudencia no le hizo ninguna gracia.
El colmo fue para Prudencia cuando Rosario dejó claro que nunca se ocupa de las tareas del hogar. «¿No has hecho nunca nada? ¿Ni barrer siquiera? ¿No sabes coger la fregona?», le preguntó. A lo que él respondió: «No, no lo he hecho ni lo hago». Y ahí ya acabó todo: «¿Entonces qué coño quieres?, ¿una mujer para servirte?».