Siempre hay que andarse con ojo con los desconocidos, también si estos están atados, tienen cuatro patas y balan. Un vídeo que hemos visto circular estos días con fuerza a través de las redes sociales muestra a una chica incauta que se encuentra con una cabra y decide fotografiarse con ella.
Al igual que Isa Pi y su admiración por las vacas que no son «marroncitas», a la joven del vídeo no se la ve muy de campo precisamente, y no sabe que una cabra no va de bromes, como diríamos en bon mallorquí.
Ella se coloca muy coqueta preparada para capturar el selfi. Está tan concentrada en la operación que ignora lo que sucede a su espalda. Primero el animal se acerca, a sabiendas que está atado, para comprobar la largura de sus ataduras. Cuando ve que es factible, y que la poco precavida urbanita no ceja en su empeño de fotografiarla, embiste y da a la joven una lección que no olvidará con facilidad: con la imagen propia no se juega.