Este 26 de diciembre se produjo un eclipse anular de Sol, el último de la década, que fue visible en distinto grado a lo largo del extremo oriental de África, Asia y la mitad septentrional de Oceanía.
Se trata de un evento astronómico conocido popularmente como anillo de fuego, ya que el contorno solar permanece visible, lo que produce una penumbra durante unos minutos en las zonas afectadas de la superficie terrestre.
Los eclipses de Sol se producen cuando la Luna pasa por delante del Sol y lo oculta. Como la distancia de la Tierra a la Luna y al Sol varía, a veces la Luna está un poco más lejos y el Sol un poco más cerca, y la esfera lunar no es suficientemente grande vista desde la Tierra como para ocultar todo el Sol.
En ese caso, la Luna tapa el centro del Sol y deja ver alrededor el borde, como un anillo (de ahí el nombre del eclipse anular). En las zonas adyacentes a donde se ve el eclipse anular, el resultado es un eclipse parcial.