Es una historia desgarradora con un final agridulce. Phillip Blanks, de 28 años, vio desde su casa que un piso cercano en la ciudad de Phoenix, EE UU, estaba en llamas y salió para ver si podía ayudar.
En ese momento se percató de que en el balcón de la vivienda había una mujer con su hijo de tres años y que pretendía arrojarlo para salvarle del incendio. Ya había un hombre allí, pero no parecía preparado para lo que iba a ocurrir.
Así que Phillip, que fue jugador de fútbol americano universitario e infante de Marina, se lanzó y logró agarrar al bebé justo cuando el pequeño iba a caer al suelo.
Inmediatamente, el hombre sale corriendo para llevar al pequeño hasta un hospital.
La mentablemente, la madre del niño acabó falleciendo a causa del incendio. Tildado como héroe, el joven quiso renegar de esa etiqueta. ûElla [la madre] es la verdadera heroína de la historia», dijo Blanks al canal ABC7. «Porque ella hizo el último sacrificio para salvar a sus hijos», valoró.