Todo aquel que en 2001 salía de discotecas seguro que bailaba sin parar aquello de «no rompas más mi pobre corazón», el hit country que catapultó a un jovencísimo Dax de la Rosa, conocido artísticamente como Coyote Dax. Después llegaron varios realities en España con los que se alejó de la música para coquetear con el mundo del corazón. Pero se le perdió la pista. Hasta ahora, que, casi dos décadas después y más maduro aunque con el mismo aire canalla de siempre, vuelve con una nueva versión del tema que lo convirtió en el rey de las pistas.
¿Dónde se ha metido todo este tiempo? Ha sido una decisión personal. En 2017, una delicada situación familiar hizo que me fuera de Barcelona, donde estaba viviendo hasta entonces, a México. A este proceso se le sumó la muerte de mi madre, por lo que entré en una pequeña depresión. No tenía fuerzas ni ganas de componer canciones ni de saber del escenario. Pero, como el que es artista nace artista y muere artista, nunca se me ha quitado el gusanillo, así que decidí respetar todo el cariño y el apoyo de toda esa gente que me sigue y me ama como artista y he decidido volver.
Volver con la mirada en el pasado. Sí, he sacado la nueva versión de No rompas mi corazón, que, obviamente, es la canción más emblemática de mi carrera. Viene con las nuevas tendencias, pero sin dejar la esencia de lo que es Coyote Dax.
¿Espera el mismo éxito? Realmente, es una propuesta más para el público, pero sí, espero un éxito rotundo. Yo, cuando hago algo en mi vida, lo hago con el propósito de que triunfe. Si piensas que va a ir mal, aunque no quieras, al final pasa. Sé lo que sé hacer y lo que soy como artista y tengo todas las cualidades para que esto llegue tanto a la gente que ya me escuchaba como a las nuevas generaciones.
¿Cree que sus fans siguen estando ahí? Claro. Siempre están ahí, porque cuando tú marcas a la gente, siempre te quedas. Para bien o para mal, y a pesar de haber hecho esta pausa y desaparecer del panorama artístico, sé que mi género es único, no tengo competencia. Además, no hay boda, reunión o fiesta en la que no salga la canción. Eso me da un plus a mi existencia como artista y me da la certeza de que la gente que en su día me siguió sigue haciéndolo.
¿Cómo vivió el boom de aquella canción? Fue una sorpresa para todos. Pensábamos que iba a funcionar, que iba a ir bien, pero no que iba a ser lo que fue. Yo siempre tuve los pies en la tierra y fui humilde.
¿Cómo le ha afectado la pandemia? Me truncó los planes de volver a vivir a Barcelona. En febrero tenía las maletas preparadas, pero llegó la Covid-19 y aquí sigo, recluido en México. Cuando se pueda viajar, es lo primero que haré.
En España, la gente también le conoce de los realities [participó en GH VIP, en 2004, y en GH El reencuentro, en 2011]. ¿Por qué se metió en este mundillo? Soy una persona de experiencias. Para mí, fue otra más en mi vida. Cuando participé en ese tipo de realities entré siendo Coyote Dax y salí siendo Coyote Dax. En mí nunca hubo una intención de formar parte del mundo del corazón. En su momento se malinterpretó, pero en el instante en el que terminó mi experiencia la gente entendió que seguía siendo el cantante. Mi objetivo final será siempre el de mostrar el artista que soy.
¿Eso le abrió o le cerró más puertas? No tuvo consecuencias. Todo está en el criterio de cada persona y creo que debe verse como que participé porque soy alguien multifacético. En su día, eso no me afectó a nivel artístico ni personal. Además, es curioso porque la persona con la que se me relacionó por aquel entonces [Marta López], ahora está de nuevo de actualidad e incluso ha salido mi nombre a la palestra. Parece que el universo se está confabulando para que lleguen cosas positivas a mi vida, porque justo cuando estaba planeando sacar la canción ocurrió todo [se refiere al caso Merlos], así que ha sido promoción gratis para mí [risas].
¿Y no se le hace raro? Qué va, si me ha venido muy bien. Realmente, si no hubiese pasado lo de la Covid, la gente podría incluso haber interpretado que todo era una jugarreta mía para salir en los medios. Y qué va, yo ni me había enterado, fueron los programas del corazón los que se pusieron en contacto nuevamente conmigo.
¿Sigue teniendo contacto con Marta López? Contacto no, pero me considero su amigo. Que no hables con alguien durante años no significa que ya no seas su amigo. Siempre tendrá mi amistad y le deseo lo mejor.
¿Ha evolucionado mucho en estos años? Físicamente, la gente dice que tengo un pacto con el diablo, me ven igual que hace 15 o 20 años. Será mi genética. Yo me veo igual, salvo por alguna que otra cana [risas]. Artísticamente siento que he evolucionado, soy más maduro, me he enfocado más en componer, en lo que yo quiero y no lo que quieren los demás.
¿Sigue con la misma energía de siempre? Igualito. Las mismas energías, las mismas ganas, la misma potencia física y vocal.
Todo este tiempo, ¿a qué se ha dedicado y cómo ha sobrevivido? Gracias a Dios, cuento con mi pareja. Además, he tenido mis ingresos. Me dicen que soy muy manitas, me llaman MacGyver. Además, este último año he estado preparando la nueva versión de No rompas mi corazón. No me he quedado quieto. Y ahora llego para quedarme, no quiero volver a tener pausas en mi vida.
¿Se ha encontrado con muchos cambios en la música? Claro. Las nuevas tendencias han sorprendido a mucha gente. Muchos artistas que eran reacios al reguetón resulta que ahora se han tenido que adaptar a ese género. Luego está el mundo de las plataformas digitales, en el que yo me estoy iniciando. En mi momento, yo no tomé el tren de las redes sociales, que estaban empezando a surgir. Ahora me subo. Tarde, pero me subo. Además, la forma de consumir es distinta. Ahora se lleva sacar un sencillo, no tiene por qué haber un disco detrás. Sin embargo, a mí me sigue gustando sacar un disco, porque para mí ese es el regalo que le das a los fans.
Una duda. ¿De dónde viene lo de 'Coyote'? De un juego de cachondeo mexicano. Cuando juegas con el doble sentido de las palabras, todo lo que digas puede ser utilizado en tu contra [risas]. Un día que uno de los productores invitó a todo el equipo a una discoteca. A mí este tipo de lugares no me gustan ni me gustaban, por el ambiente, por el humo en su día... Entonces, se empezaron a meter conmigo y a llamarme coyon, que en España viene a ser algo como cobarde. Uno dijo que parecía un coyote con el rabo entre las piernas. "Sí, coyote Dax", dijo. Y ahí me bautizó y me puso ese nombre artístico.
¿Participaría en otro reality tipo Supervivientes o un talent como Tu cara me suena? Sí. claro que participaría. Es parte de mi esencia como ser humano. Vivir y disfrutar de cada una de las experiencias que la vida me dé. Supervivientes es uno de los programas que más me gustan, porque te pone al límite y se ve realmente a la persona, no al personaje. Yo soy competitivo y me gusta sobrevivir en todos los aspectos. Además, me da la satisfacción del individualismo. En todos los realities en los que he participado me he encontrado con gente floja y huevona y tenía que luchar por 5 en vez de por mí solo.