Ante una tormenta eléctrica, hay una serie de recomendaciones básicas de seguridad que toda persona debe conocer: no buscar abrigo debajo de los árboles o situarse junto a una ventana, así como no hablar a través de un teléfono fijo —los móviles son seguros—. Sin embargo, hay otros hábitos menos conocidos que también se deben evitar hacer a toda costa, como ducharse —o bañarse— o lavar los platos.
El físico James Rawlings, profesor de la Universidad de Nottingham Trent, explica en un artículo publicado en The Conversation por qué no se debe realizar ninguna de estas tareas relacionadas con el agua, y que "pueden ser casi tan arriesgadas como permanecer en el exterior durante una tormenta".
"Si cae un rayo en tu casa, la electricidad seguirá el camino de menor resistencia hacia el suelo", indica Rawlings. Por este motivo, "cosas como cables de metal o agua en sus tuberías proporcionan un camino conductivo conveniente para que la electricidad siga hasta el suelo", añade.
En el caso de la ducha, "proporciona ambas cosas, agua y metal", subraya este experto, "por lo que es un camino ideal para que tome la electricidad".
De hecho, el físico ha recordado en su artículo las recomendaciones de organismos como el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, por sus siglas en inglés), recomiendan encarecidamente a las personas que eviten todas las actividades acuáticas durante una tormenta eléctrica, incluso lavar los platos, para reducir el riesgo de un rayo.
Asimismo, Rawlings también enumera otros riesgos a tener en cuenta durante una tormenta eléctrica. El primero de ellos, y que "puede no parecer obvio", es apoyarse en un muro de hormigón. Aunque este material por sí mismo no es tan conductor de la electricidad, sí podría serlo si ha sido reforzado con vigas de metal, lo que "pueden proporcionar un camino conductor para los rayos".
Otros objetos a evitar son aquellos que estén enchufados a una toma de corriente, como ordenadores, televisores, lavadoras o lavavajillas.
¿Cuándo se pueden retomar estas actividades? Según el físico James Rawlings, "media hora después de escuchar el último trueno es un momento seguro", concluye.