La rotación del núcleo interno de la Tierra podría haberse parado recientemente y estar invirtiéndose. Este es el resultado de la investigación realizada por los científicos chinos Xiaodong Song y Yi Yang, de la Universidad de Pekín, a partir del análisis de decenas de terremotos, que se publica en la revista Nature Geoscience. Los datos del estudio podrían ayudar ahora a esclarecer muchos misterios de las profundidades del planeta. Sin embargo, surge una importante pregunta: ¿cuáles son las consecuencias de este fenómeno?
La primera y más inmediata es sobre la duración del día, ya que podría verse reducida en fracciones de segundo. Una duración que, a día de hoy, sería una milésima de segundo menor en comparación a la media registrada en la década de los 70. De hecho, las jornadas ya se están acortando desde hace unos años.
El clima del planeta y el nivel del mar serían otro de los factores más afectados debido a la alteración del campo gravitatorio interno que a su vez, causa deformaciones en la superficie. Por este motivo, traería consigo un incremento de la temperatura global del planeta. «Estas observaciones aportan pruebas de interacciones dinámicas entre las capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, debidas potencialmente al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular (una magnitud física que representa la cantidad de movimiento de rotación de un objeto) desde el núcleo y el manto hasta la corteza», concluyen los autores.
Por otra parte, el Instituto de Geociencias (CSIC-UCM) ha publicado en su cuenta de Twitter que no se ha detenido el núcleo de la Tierra. «Se necesitarán algunos años para confirmar esta hipótesis, pero lo que sí podemos concluir que el núcleo es más complejo de lo que pensábamos, posiblemente mucho más heterogéneo y tal vez tenga mayor influencia en superficie (además del campo geomagnético) de lo que se pensaba», han explicado.