Neymar Jr. siempre ha sido famoso por su indudable calidad dentro del terreno de juego, pero también por su vida extradeportiva y su tendencia a la fiesta, incluso en plena temporada. Años atrás, sus viajes lesionado a Brasil para festejar el cumpleaños de su hermana ya levantaron ampollas en el seno del Paris Saint-Germain, y parece que nada ha cambiado.
Las fiestas de Neymar en la mansión en la que vive en la localidad de Bougival, a las afueras de París, además de repetirse con más frecuencia de la que muchos dirigentes y aficionados del PSG desearían, exasperan a muchos de sus vecinos. La gota que ha colmado el vaso de la convivencia en su barrio ha sido, de nuevo, una fiesta de cumpleaños, pero esta vez la del astro brasileño. El pasado domingo, 'Ney' celebró por todo lo alto su 31 cumpleaños, hasta el punto de que varios vecinos llamaron a la policía para pedir que se parara el ruido.
Así lo explica el diario francés 'Le Parisien' en un amplio reportaje publicado este mismo sábado, donde el mismo alcalde de Bougival, Luc Wattelle, que además vive relativamente cerca de la Neymar, se queja del que califica como "un individuo sin respeto" por los vecinos. "No era sólo un fondo sonoro, era prodigiosamente molesto", explica Wattelle, que insiste en que no era la primera vez que Neymar se hacía notar.
En particular, el primer edil de Bougival señala que cuando organizó otra fiesta para celebrar el triunfo del PSG en la liga francesa, duró "hasta las 5 de la madrugada". El alcalde, así como sus vecinos, se siente desarmado ante esta situación porque al internacional brasileño una multa de 135 euros por falta de civismo no le supone ningún problema teniendo en cuenta lo que gana.
"En un determinado momento, vamos a abrir un procedimiento ante el fiscal por alteración repetida del orden público", advierte, visiblemente molesto con un fenómeno que comienza a ser rutinario, y que en esta última fiesta de cumpleaños llevó a los convecinos de Bougival al extremo de la paciencia.
El domingo pasado, desde primera hora de la tarde, una vecina de la residencia de cinco plantas que Neymar ocupa desde que llegó al PSG en 2017, avisó de que algo se preparaba en una cuenta de Facebook que se utiliza para poner informaciones en común con otros habitantes del barrio. Lejos de disimular, el tono de los mensajes fue creciendo conforme pasaban las horas, hasta que algunos decidieron llamar a las fuerzas del orden, primero a la Policía Municipal y luego a la Policía Nacional.
Los agentes que acudieron les dijeron que la fiesta se iba a terminar a las 21.00 horas, pero los testimonios recogidos por 'Le Parisien' afirman que a las 23.45 todavía se escuchaba el "¡Cumpleaños feliz!". Todo esto, a escasos cuatro días de que el PSG reciba al Bayern de Múnich en el Parc des Princes para disputar la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League.
La Liga de Campeones ha sido la principal obsesión de la dirigencia qatarí del PSG desde que aterrizasen en París en 2011. El equipo se presenta con las bajas prácticamente confirmadas de Mbappé y Messi, por lo que Neymar representa su mayor baza ofensiva. Por lo tanto, no sería de extrañar que la cúpula del club parisino esté, como mínimo, preocupada por un problema que podría trasladarse a lo deportivo.
El encuentro se antoja trascendental para el devenir no solo de la temporada, si no del futuro del PSG como entidad, y la preparación de Neymar y su rendimiento en el césped serán claves para definirlos. Es la mejor, quizá la última oportunidad para el brasileño de brillar y demostrar por qué fue el fichaje más caro de la historia. Es momento de trasladar la fiesta al terreno de juego.