Louise Brown, la primera persona concebida mediante fecundación in vitro hace 45 años en Reino Unido y cuyo nacimiento, conocido internacionalmente, supuso uno de los mayores hitos de la medicina del siglo XX, ha asegurado que odia la expresión "bebé probeta": "Ni siquiera se usa una probeta".
Durante su visita a Madrid esta semana, unos días antes de la conmemoración este domingo el Día Mundial de la Fertilidad, Brown ha revelado que tuvo la oportunidad de conocer al periodista del Manchester Evening News que acuñó el término de "bebé probeta", quien le contó que usó esa denominación porque fue "lo primero que le vino a la cabeza".
Nacida el 25 de julio de 1978, Brown ha recordado una infancia "como la de cualquier otro niño", excepto por las múltiples pruebas a las que fue sometida después de su nacimiento, en las que no se le detectó ningún problema de salud.
Ante la posibilidad de que pudiera conocer su gestación in vitro por los comentarios de otros niños, cuando tenía cuatro años sus padres decidieron explicarle de una "forma sencilla" que los doctores Patrick Steptoe, Robert G. Edwards y Jean Purdy estaban detrás de su nacimiento y le enseñaron un vídeo de su llegada al mundo, que a Brown le pareció "espantoso".
Nunca le ha preocupado "ser diferente", aunque reconoce que cuando llegó a la adolescencia comenzó a ser consciente de su fama y le inquietaba que alguien "en la otra punta del mundo, a quien no conocía", supiese todo sobre ella, aunque señala que forma parte "del proceso de crecer".
Entre risas, Brown, comenta que tiene dos identidades, una la de Louise Brown, como la conoce todo el mundo, y otra la de Louise Mullinder, su nombre de casada que usa con su familia y amigos: "Soy como el doctor Jeckyll y Hyde".
Desde su nacimiento, en 1978, las técnicas de reproducción asistida han experimentado numerosos avances, entre los que figura el nacimiento del primer bebé en España de una mujer con un útero trasplantado, el pasado 22 de mayo.
Aunque insiste que no es científica, Louise Brown apuesta por seguir avanzando en las técnicas que puedan ayudar a alguien a tener un hijo, ya que comenta que es algo "estupendo", y pide que se crea "en los médicos" para ver lo lejos que pueden llegar.
Sobre los debates éticos que han ido surgiendo en torno a la reproducción asistida, la primera niña in vitro del mundo considera que son "los habituales" ante cualquier avance novedoso, aunque está convencida de que se van superando con el tiempo.
"Somos unas 10 millones de personas nacidas por fecundación in vitro, así que estaremos haciendo algo bien, ¿no?", ha concluido.