Rosa Peral, condenada a 25 años de cárcel por asesinar a su pareja en el llamado «crimen de la Guardia Urbana», ha lamentado que no se hayan tenido en cuenta las consecuencias de la serie sobre sus hijas y que se siga hablando de ella seis años después: «me están machacando». Peral ha hablado por teléfono con Catalunya Ràdio desde la prisión de El Catllar (Tarragona), en su primera entrevista tras el exitoso estreno en Netflix de la serie «El cuerpo en llamas» y el documental «Las cintas de Rosa Peral», inspiradas en el crimen por el que fue condenada junto al también agente de la Guardia Urbana Albert López.
Las entrevistas a Peral desde prisión, que precisamente nutren el documental de Netflix, han motivado que el Departamento de Justicia le haya impuesto una sanción por aprovechar las comunicaciones previstas para familiares y amigos para hablar con los medios. La condenada, que ha dicho que no ha visto aún la serie, ha criticado que, tras seis años y medio desde su detención, aún se siga «hablando» del caso: «¿hasta cuándo hemos de continuar así, que más tiene que pasar?, la gente lo ha aprovechado, hacemos una serie, un libro, un programa, otro programa...».
«Me están machacando», se ha quejado Peral, que cree que «ya cansa, ya es suficiente» y reclama su derecho a cumplir la condena que se le impuso por matar a su expareja como el resto de presos. También ha denunciado que no se haya «tenido en cuenta» a sus hijas: «una de ellas es una adolescente y nadie se ha parado a pensar en el daño que puede sufrir ella, los niños que le rodean, cómo lo estará viviendo...». La condenada por el «crimen de la Guardia Urbana» ha deplorado además que en los últimos años se han dicho «cosas que no tocan», como tildarla de «manipuladora o tóxica», cuando ella no tenía libertad para hablar y replicar esas afirmaciones.
Mientras cumple condena en prisión, la exagente de la Guardia Urbana está estudiando Derecho en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y su intención, ha afirmado, es «volver a tener una vida» y salir de prisión «lo más formada posible». «Aunque nunca sería una vida, porque con todo lo que se me ha machacado es imposible tener una vida normal, pero de alguna manera tengo que normalizarlo», ha añadido. Peral ha confesado que sigue teniendo «esperanza» y que no se ha quedado «parada» ante su condena, por lo que hará todo lo que esté en sus manos para revertirla.