Richard Slayman, el hombre de 62 que había recibido el primer trasplante de un riñón de cerdo genéticamente modificado, ha muerte este sábado, apenas dos meses después de haber sido sometido a la operación.
Slayman vivía con una enfermedad renal terminal cuando recibió un riñón de un cerdo que había sido sometido a 69 ediciones genómicas en lo que, según los expertos, adelantaba una nueva época en el trasplante de órganos.
La muerte de Slayman llega poco después de que los médicos que lo operaron dijeran que se estaba "recuperando bien" cuando fue dado de alta del hospital el pasado 6 de abril.
Tal y como recoge este domingo el Daily Mail, por ahora ninguna persona involucrada en la operación ni la familia de Slayman han dicho si su muerte está relacionada con el trasplante.
La cirugía, que duró cuatro horas, se realizó en el Hospital General de Massachusetts (MGH), en Boston, bajo la autorización de "uso compasivo" del Protocolo de Acceso Ampliado que sólo se implementa cuando los pacientes con enfermedades potencialmente mortales no tienen otras opciones.
Slayman había estado luchando contra la diabetes tipo 2 y la hipertensión durante años antes de que finalmente le diagnosticaran una enfermedad renal terminal.
Recibió tratamiento de diálisis en 2011 y finalmente fue incluido en la lista de espera de donantes de riñón y recibió un trasplante de riñón humano en diciembre de 2018. Cinco años después, el riñón donado empezó a fallar y Slayman volvió a someterse a diálisis en mayo de 2023.
Luego tuvo que someterse a una revisión quirúrgica y de descoagulación cada dos semanas para abordar las complicaciones de la coagulación durante esta segunda ronda de diálisis.
El riñón de cerdo
Debido a estas complicaciones persistentes y al rápido deterioro de la función renal de Slayman, sus médicos sugirieron probar el trasplante de riñón de cerdo.
Tuvo un susto de rechazo de órganos justo cuando se estaba preparando para salir del hospital después del trasplante, pero los médicos pudieron abordarlo rápidamente ya que era una forma común de rechazo.
En ese momento, Leonardo Riella, director médico de trasplante de riñón del MGH, dijo: "Preferiría recibir un rechazo muy temprano, recibir tratamiento y hacer ajustes en lugar de verlo mucho más tarde, donde podría pasar desapercibido durante un par de semanas, momento en el cual puede que sea demasiado tarde".
El rechazo y el riñón se estabilizaron después de tres días con una dosis alta de esteroides y Slayman fue dado de alta del hospital. Tras la cirugía, se sometió a análisis de sangre y orina tres veces por semana y a visitas de su médico dos veces por semana para controlar su estado.