El miércoles los medios de comunicación españoles se llenaron de informaciones sobre las memorias del rey Juan Carlos, un libro titulado Réconciliation. Mémoires. Juan Carlos I d´Espagne que ya está a la venta en las librerías de Francia. Aunque habrá que esperar hasta el 3 de diciembre para poder leer en español sus 512 páginas, ya se ha revelado la mayor parte de su contenido e incluso se ha desgranado el espacio que dedica a cada miembro de su familia. La mirada crítica ha hecho un análisis en el que detalla que el emérito dedica en sus memorias 58 páginas a su hijo Felipe VI, 56 a la reina Sofía, 23 a su hija Elena, 19 a su hija Cristina, 8 a la reina Letizia, 2 a Jaime de Marichalar y 2 a Iñaki Urdangarin.
Un libro con el que el rey Juan Carlos buscaba dar a conocer su historia en primera persona, tal y como ha explicado la periodista Laurence Debray en ¡Hola!: «Se dio cuenta de que los jóvenes con los que hablaba, los hijos de sus amigos, no sabían nada de la Transición. Necesitaba contar su versión de la historia y su verdad». Unas memorias en las que reconoce algunos de sus errores, aunque omite hablar sobre sus ingresos económicos. Eso sí, a través de este libro ha mostrado públicamente su cariño hacia su esposa, a la que incluso llama 'Sofi': «Es una mujer excepcional, de integridad, bondad, rigor, dedicación y benevolencia. Ella es la encarnación de la nobleza del espíritu. No le gusta que la llame una 'gran profesional', pero España no podría haber tenido una Reina más devota e irreprochable… Somos diferentes, pero compartimos el mismo sentido del deber».
Uno de los temas que más interés generaba era si el rey emérito iba a hablar finalmente de sus relaciones extramatrimoniales y aunque admite «desvíos sentimentales», no menciona específicamente a ninguna de las mujeres con las que se le ha relacionado, como por ejemplo Bárbara Rey. Eso sí hace alusión a Corinna Larsen, sin mencionar su nombre, a la que califica como un «error»: «Esa relación fue un error que lamento amargamente. Puede parecer banal: muchos hombres y mujeres han estado tan cegados que no han visto lo evidente. Para mí tuvo un efecto devastador sobre mi reinado y mi vida familiar». Respecto a los rumores que le relacionaron con Lady Di, sin mencionarla expresamente niega que hubiese mantenido ningún tipo de contacto e incluso define a la princesa de Gales como «fría, taciturna, distante, salvo en presencia de los ‘paparazzi’».
La dedicatoria de la primera página del rey emérito ya es toda una declaración de intenciones: menciona a toda su familia, desde sus padres hasta sus hermanos, sus hijos y sus nietos, pero con la notable ausencia de la reina Letizia. Eso sí, en sus memorias habla brevemente de la mujer de su hijo para asegurar que «no ayudó a la cohesión» de las relaciones familiares. Uno de los episodios sobre su vida en los que más se ha abierto el rey emérito es en la trágica muerte de su hermano Alfonso en 1956 mientras jugaban con una pistola. «No me recuperaré de esta desgracia. La gravedad me acompañará en adelante», confiesa.
En el libro admite que no le gusta hablar del tema y que es la primera vez que se expresa sobre ello públicamente. «Lo echo de menos -cuenta-, me gustaría tenerlo a mi lado, poder hablar con él. He perdido a un amigo, a un confidente. Dejó un vacío inmenso. Sin su muerte, mi vida habría sido menos sombría, menos infeliz». En estas memorias rememora cómo ambos jugaban con una pistola del calibre 22 que le había dado un lugarteniente en España aquel 29 de marzo de 1956, que era Jueves Santo. Le habían quitado el cargador y destaca cómo nunca se les pasó por la cabeza que podía quedar una bala en la recámara. «Se disparó un tiro al aire, la bala rebotó y alcanzó a mi hermano en plena frente. Murió en brazos de nuestro padre».
VIVA EL REY