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Navidad 2025

Cómo proteger a tu perro ante la pirotecnia durante las celebraciones navideñas

Las fiestas pueden ir acompañadas de espectáculos que pueden provocar cuadros de ansiedad en nuestras mascotas

Antes del inicio de la pirotecnia, es aconsejable pasear al perro en horarios tranquilos | Foto: Freepik

| Palma |

Los expertos veterinarios advierten que las celebraciones navideñas, aunque entrañables para los humanos, suponen un verdadero desafío para el bienestar animal debido a los intensos ruidos que pueden alcanzar hasta 190 decibelios, muy por encima del umbral de dolor auditivo humano. El sistema auditivo canino, mucho más sensible que el nuestro, percibe estos estallidos como algo extremadamente doloroso y amenazante. Veterinarios consultados señalan que "los perros pueden experimentar reacciones físicas y emocionales severas ante la pirotecnia, incluyendo temblores incontrolables, jadeo excesivo, parálisis momentánea e incluso alteraciones cardíacas en casos extremos".

El pánico desencadenado por estos ruidos puede provocar comportamientos impredecibles, como intentos desesperados de huida que aumentan considerablemente el riesgo de extravío, lesiones o atropellos. Las protectoras de animales confirman un incremento del 30% en las denuncias de desaparición de mascotas durante fechas señaladas con pirotecnia. Ante esta realidad, los propietarios de mascotas deben tomar precauciones especiales para esta tarde.

Es fundamental pasear a nuestro perro antes del inicio de los eventos festivos, manteniendo siempre la correa bien sujeta para prevenir escapes repentinos. Una vez en casa, se recomienda crear un entorno seguro: cerrar herméticamente puertas y ventanas para amortiguar el sonido, preparar un espacio acogedor donde el animal pueda sentirse protegido y, sobre todo, permanecer junto a él para transmitirle calma y seguridad mediante nuestra presencia. Los especialistas en comportamiento animal recomiendan varias estrategias para minimizar el impacto de los fuegos artificiales en nuestros perros.

"Lo principal es no reforzar involuntariamente la conducta temerosa mediante excesivas muestras de preocupación", explica María Sánchez, etóloga canina con más de 15 años de experiencia. "Debemos mantener una actitud tranquila y positiva, ofreciendo seguridad pero sin sobreproteger". Entre las medidas más efectivas destacan la creación de un "refugio seguro" utilizando mantas y juguetes familiares en un espacio cerrado de la casa, preferiblemente interior y alejado de ventanas. El uso de música relajante o televisión a un volumen moderado puede ayudar a enmascarar parcialmente el sonido de las explosiones exteriores, creando una barrera auditiva que reduce la percepción de los estallidos.

En casos de ansiedad severa, los veterinarios pueden recomendar productos específicos como feromonas tranquilizantes, disponibles en formato difusor, collar o spray, que emiten sustancias similares a las que segrega la madre para calmar a sus cachorros. También existen prendas de compresión específicas que, aplicando una suave presión constante sobre el torso del animal, generan un efecto calmante similar al de un abrazo.

Para situaciones más graves, algunos veterinarios pueden prescribir medicación ansiolítica específica, aunque esta opción debe ser siempre la última alternativa y bajo estricta supervisión profesional. La doctora Ana Pérez, veterinaria especializada en medicina del comportamiento, advierte que "cualquier tratamiento farmacológico debe ser individualizado según el historial clínico de cada animal y administrado siguiendo rigurosamente las pautas establecidas por el profesional veterinario".

La creciente concienciación sobre el impacto negativo de la pirotecnia ruidosa en animales, personas con autismo, bebés, ancianos y pacientes con estrés postraumático ha llevado a numerosos ayuntamientos españoles a implementar restricciones en sus celebraciones públicas. Barcelona, Madrid y Zaragoza se encuentran entre las ciudades que han adoptado medidas para limitar el uso de pirotecnia tradicional, apostando por alternativas menos ruidosas.

Pirotecnia y animales: una relación problemática

El impacto de la pirotecnia en los animales va más allá de las mascotas domésticas. Los estudios científicos han documentado alteraciones significativas en la fauna silvestre tras espectáculos pirotécnicos intensos. Aves que abandonan sus nidos en plena noche, desorientándose y sufriendo accidentes; animales salvajes que huyen aterrorizados de sus refugios habituales, exponiéndose a depredadores o accidentes; e incluso alteraciones en los patrones de comportamiento de especies acuáticas cuando los residuos de la pirotecnia caen en masas de agua. Las explosiones de petardos y cohetes pueden provocar reacciones de estrés agudo en todo tipo de animales, con consecuencias que van desde trastornos digestivos hasta alteraciones reproductivas en períodos sensibles.

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) reconoce el bienestar animal como una prioridad, y cada vez más países incorporan en sus legislaciones la necesidad de proteger a los animales frente a situaciones de estrés evitables. España, con su Ley de Bienestar Animal aprobada recientemente, establece un marco general de protección, aunque la regulación específica sobre pirotecnia sigue dependiendo en gran medida de las ordenanzas municipales. A pesar de todas las precauciones, algunos perros pueden experimentar reacciones extremadamente severas ante los fuegos artificiales. Reconocer los signos de angustia grave es crucial para actuar adecuadamente. Temblores intensos y persistentes, salivación excesiva, vómitos, diarrea, jadeo extremo o comportamientos destructivos son señales que indican un nivel de estrés potencialmente peligroso.

Mientras se consigue asistencia veterinaria, es importante mantener al animal en un entorno lo más tranquilo posible, evitando cualquier estímulo adicional que pueda agravar su estado. La hidratación es fundamental, asegurándose de que tenga agua fresca disponible en todo momento, aunque sin forzarlo a beber si no muestra interés. Nunca se debe administrar medicación humana sin prescripción veterinaria, ya que muchos fármacos seguros para personas son altamente tóxicos para los perros y podrían empeorar la situación.

La prevención sigue siendo la mejor estrategia, especialmente trabajando la desensibilización progresiva durante el resto del año. Mediante la exposición gradual a sonidos grabados de pirotecnia, comenzando a volúmenes muy bajos y aumentando progresivamente mientras se asocian con experiencias positivas, muchos perros pueden desarrollar una mayor tolerancia a estos estímulos. Este tipo de entrenamiento requiere tiempo y paciencia, pero sus resultados a largo plazo pueden mejorar significativamente la calidad de vida de nuestras mascotas durante las festividades.

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