Millones de españoles se preparan para dar la bienvenida al 2026 con un ritual que ha sobrevivido más de un siglo y sigue más vigente que nunca. Las doce uvas de la suerte, consumidas al ritmo de las campanadas en la medianoche del 31 de diciembre, continúan siendo el símbolo por excelencia del cambio de año en España, con especial relevancia en lugares como Mallorca, donde miles de personas se congregarán nuevamente en Cort para compartir este momento cargado de significado y tradición.
Este ritual, que comenzó como una estrategia comercial a principios del siglo XX, ha transcendido su origen para convertirse en uno de los símbolos culturales más potentes de la identidad española. Concretamente, fue en 1909 cuando una cosecha extraordinaria de uva llevó a los viticultores madrileños a distribuir el excedente entre la población, iniciando así una costumbre que pronto se asociaría con la buena suerte y la prosperidad. Lo que empezó como una solución práctica a un problema de sobreproducción se transformó rápidamente en una tradición arraigada que hoy, 116 años después, sigue uniendo a generaciones enteras en torno a un mismo gesto.
En la isla balear, como en el resto del territorio nacional, la tradición mantiene su esencia a pesar del paso del tiempo. Cristina Torres, residente mallorquina, lo confirma: «Es un momento de esperanza, un gesto de renovada ilusión por todo lo bueno que está por venir». Este testimonio refleja perfectamente el sentimiento colectivo que rodea a este ritual anual, donde cada uva simboliza un mes de buena fortuna para el año entrante.
El origen de una tradición centenaria
La historia de las doce uvas se remonta oficialmente a 1909, aunque algunos historiadores sitúan sus primeras manifestaciones en la década de 1880.
La primera retransmisión radiofónica de las campanadas tuvo lugar en 1924 a través de Radio España, pero fue la llegada de la televisión la que masificó definitivamente este ritual, convirtiéndolo en un fenómeno sociocultural sin precedentes. Actualmente, más del 93% de los españoles sigue esta tradición, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid realizado en 2023.
Un fenómeno que traspasa fronteras
La tradición de las doce uvas ha conseguido extenderse más allá de las fronteras españolas. En países como México, Venezuela, Ecuador, Perú y otros territorios de América Latina, millones de personas siguen este ritual cada año. Incluso en Estados Unidos, especialmente en áreas con fuerte presencia hispana como Florida o California, la costumbre gana adeptos anualmente.