Nueva escena del turismo de excesos en Mallorca. El perfil @mallorcaviral ha compartido este martes en su perfil de Instagram un vídeo grabado por los pasajeros de un avión en el que se puede ver a un turista ebrio en la pista del aeropuerto de Palma. En las imágenes se aprecia como el hombre es incapaz de mantener el equilibrio e incluso se ve obligado a sujetarse en la escalera para subir al avión. El hombre lleva una mochila que apenas puede sostener, mientras que el personal del aeropuerto intenta que no invada el resto de la pista.
Los comentarios en el vídeo no se han hecho esperar y los usuarios lamentan la actitud de este pasajero: «Menudo personaje, lo que no entiendo es cómo ha conseguido llegar hasta allí él solito», «no le tendrían que dejar montar, imagínate tener este pieza a tu lado» o «increíble que le dejen subir», son una muestra de los mensajes que se han podido leer en Instagram. Eso sí, un trabajador asegura en los comentarios que esta escena no es tan extraña: «Los que somos operarios en el aeropuerto de Palma vemos bastante a menudo este tipo de cosas».
Pero lamentablemente esta no es la única escena que deja el turismo de excesos en Mallorca en pocos días. El mismo perfil, @mallorcaviral, compartió otro clip en el que aparecían dos turistas en un notable estado de embriaguez, mientras intentaban arrancar un bolardo del suelo en Magaluf. A pesar de hacer fuerza con sus brazos e incluso propinarle patadas, no consiguieron su propósito. Por otro lado, la semana pasada un grupo de turistas protagonizó una escena inusual en Playa de Palma: los bañistas, organizados en una cadena humana, llenaron una piscina de plástico ante la sorpresa del resto de personas que estaban en la playa.
En el vídeo se podía ver a los turistas cogiendo agua directamente desde el mar con cubos y transportándola hacia el lugar en el que estaba la piscina. Estos polémicos episodios se unen al ocurrido en el Caló des Monjo, donde se colocó una tirolina de más de 20 metros sobre la zona que sorprendió a bañistas y excursionistas. Varias personas instalaron un sistema de cuerdas para desplazarse de un lado al otro de las rocas a una gran altura en una situación de máximo riesgo tanto para los propios usuarios de la improvisada atracción como para los bañistas de esta privilegiada zona del litoral del Calvià.
Estaría muy bien el vídeo y los comentarios, salvo por una pequeña cosita, no es el aeropuerto de Palma.