Para acercarnos a la Ciencia de la Gestión, en adelante CG, no muy conocida históricamente en nuestra particular Administración autonómica, podemos prescindir de la enumeración de las ramas del saber en ella incluidas, y cuya división en especialidades, como marketing o finanzas, va en aumento, y ya forman parte de los másteres de gestión.
Parecen más interesantes aspectos diferenciales con otras ciencias, que aparecen en teorías, métodos e investigaciones, con sus funciones explicativas y descriptivas, sobre distintos aspectos de la vida de los negocios y administraciones, que se abren camino en la actividad científica de la CG.
Esta proliferación teórica es el resultado de las normas instauradas por la comunidad científica y a la continua aparición de nuevos fenómenos. La conclusión es que la CG se extiende sobre un amplio campo, diverso y en trasformación.
Entre la economía y la sociología existe un gran espacio para que la CG pueda exponer sus respuestas. En las últimas décadas ha proporcionado muchos conocimientos a los que acude la sociedad para apuntalar sus juicios y defender sus causas.
La presencia de los productos empresariales es numerosa, así como las influencias en la vida familiar de los videojuegos o sitios web; aunque interesa destacar las estrategias de empresa, muy provechosas, que modifican nuestras formas de actuar y hábitos a fin de obtener más espacios de actuación y unos resultados superiores a la media de las empresas o actividades comparables.
No podemos olvidarnos de la importante aportación de la CG en lo público, por su riqueza analítica y el desarrollo de sus aplicaciones. Puede ayudar en la selección de los programas de inversión, evaluación de las políticas, toma de decisiones, racionalización de la función pública y evitando en general los riesgos de manipulación e intimidación.
El estudio de las organizaciones ha dado lugar a una actividad científica muy vigorosa, acompañada de abundantes teorías. Sin embargo, la preocupación dominante de la CG es la derivada de su integración en la sociedad y ser útil. La CG se articula alrededor de dos grandes ejes que caracterizan disciplinas como la medicina, la física o la bilogía. El primero en cuanto a que el conocimiento reposa en el juicio de los iguales, esencial para el desarrollo científico; está sometida a la criba de las publicaciones, con sus críticas, unas conocidas y otras anónimas, que certifican la pertinencia de la investigaciones; el segundo eje se refiere a la explosión y explotación de datos, ligado a las nuevas tecnologías que han revolucionado la capacidad de poner en evidencia las relaciones de causa y efecto.
Con la ayuda de la CG y sus específicas aportaciones podremos conseguir: legitimidad en el conocimiento, el método y la ética; para la función pública la mejora de las futuras prácticas; en cuanto a los grupos de trabajo organizados: explicar y prever el comportamiento para garantizar una correcta ejecución de las tareas encomendadas y en general ante lo incierto y aleatorio, utilizando las informaciones que se van recopilando, para formular propuestas de actuación, seleccionar las que reúnan las mayores garantías para afrontar las incertidumbres.