La Rafa Nadal Sports Academy, el hotel Hipotels Playa de Palma, el Protur Naisa o los pisos Bremond Son Moix son algunas de las construcciones que llevan el sello de Talat, una empresa que ha evolucionado desde la ingeniería hacia la ejecución de instalaciones, el project management y la gestión integral y el mantenimiento inteligente de instalaciones. Se basa en una gran apuesta por la tecnología más avanzada, una metodología propia y su control técnico y de calidad para conseguir lo que han acuñado como ingeniosofía: aplicar la ingeniería a todos los ámbitos de la empresa y de la vida en general para conseguir una mejora constante de proyectos y procesos, tanto internamente como para clientes.
La trayectoria de Talat se remonta a finales de 2008, cuando Guillem Bauzà Perelló abrió el despacho de ingeniería 3E Enginyers. “Justo en ese momento, había acabado un máster del IESE y nos habían encargado varios proyectos unifamiliares de lujo. Pronto el espacio se nos quedó pequeño y nos trasladamos a Manacor, más cerca de casa. Empezamos a hacer pequeñas reformas hoteleras, que era la única actividad que había en ese momento y tuvimos una gran aceptación”, recuerda.
“Hipotels fue la primera de las grandes hoteleras con las que trabajamos que confió en nosotros y le hemos hecho una gran parte de las reformas de sus hoteles. De hecho, en 2013, de cuatro grandes obras que se hicieron en Mallorca, nosotros liderábamos tres siendo los proyectistas y los encargados del project management”, añade.
Al frente de Talat están Guillem Bauzà y Magdalena Payeras. Han definido una metodología de trabajo propia centrada en el cliente y que busca la máxima calidad y sostenibilidad de los proyectos. Asimismo, han creado un ambiente de trabajo con equipos multidisciplinares y una concepción de los recursos humanos que busca la integración del trabajo como una parte más de la vida, lo que les ha permitido fidelizar y promocionar el talento interno. “Le llamamos integración vital. Va un paso más allá de la conciliación laboral, donde damos flexibilidad para que el trabajo, la familia, el deporte y el ocio se retroalimenten”, apunta Payeras, responsable de toda esta área.
“El concepto que hemos creado, la ingeniosofía, tiene la intención de diferenciarnos como la primera empresa instaladora 2.0 y se compone de los cuatro pilares de nuestro día a día: la reingeniería de proyectos, que consiste en reestudiar cualquier proyecto que nos entra para lograr encontrar la manera más eficiente para cubrir las necesidades del cliente con el menor presupuesto y tiempo posible; el controller técnico, una figura que supervisa exhaustivamente el montaje de instalaciones para que siempre cumplan nuestro estándar de calidad ‘Talat Inside'; el departamento de desarrollo de software interno, que crea aplicaciones personalizadas para cada instalación con un programa de control que logra sacar el máximo rendimiento durante toda su vida útil; y el departamento de gestión integral, que se encarga de generar los más avanzados sistemas de mantenimiento proactivo e inteligente. Para todo ello contamos con un equipo de más de un centenar de profesionales que nos permiten afrontar cualquier reto de cara a la construcción hotelera o de viviendas unifamiliares”, explica Bauzà.
Uno de los puntos de inflexión de la empresa fue el Rafa Nadal Sports Centre, en 2014, donde llevaron la gestión de obra integral de uno de los edificios más avanzados y modernos de Europa.
La empresa, aplicando la filosofía de mejora y cambio constante, adoptó en 2015 su nombre actual, Talat, haciendo una apuesta por el marketing para conseguir internacionalizarse y crecer a partir de unas bases sólidas. “Nos dimos cuenta que 3E Enginyers era un nombre complicado y, ayudados por una de las empresas de márketing más punteras de Balears buscamos una fórmula mejor. Talat es un homenaje a los primeros ingenieros que rondaron estas tierras, durante la cultura talaiótica, y nos identificamos mucho con este nombre”, indica Payeras.
“Desde entonces, podemos afrontar proyectos de hoteles y reformas en cualquier parte del mundo”, resume Bauzà, y revela una curiosidad: “Nosotros le ponemos la misma pasión a todos los proyectos, ya sea hacer una reforma para un hotelero mallorquín o para un fondo de inversión, aunque los perfiles de cliente sean muy diferentes y sus criterios muy dispares, ya sea la rapidez que te exige el fondo de inversión o la gestión personal y meticulosidad que te exige el hotelero. Cumplimos siempre”, comenta.
Una de las perlas de la empresa es la premiada aplicación Talat Smart Hotel, un software propio de gestión de mantenimiento hotelero que ha conseguido varios galardones. “Lo hemos creado específicamente para ir de la mano con el mantenimiento y permite hacer un seguimiento de la vida útil del edificio y que consigue optimizar y ahorrar hasta un 30% en los costes de mantenimiento. La necesidad de digitalizar el mantenimiento hotelero ha pasado de ser una tendencia a una realidad en nuestros días”, puntualiza Bauzà.
EMPRESA PIONERA. Talat otorga una gran importancia a la gestión innovadora de recursos humanos, tal y como explica Magdalena Payeras. “Tenemos estructura de empresa familiar pero espíritu de multinacional de Sillicon Valley y desde siempre hemos dejado flexibilidad horaria y del lugar de trabajo. Tenemos dos oficinas, una en Palma y otra en Manacor, para que los trabajadores no tengan que hacer un desplazamiento largo. Además, no hay despachos creemos en la filosofia open space. Promovemos el feedback a dos bandas. Queremos que las personas se sientan apreciadas y puedan opinar. Para ello, potenciamos el buzón de sugerencias y la idea del mes. Y también apostamos por la captación, fidelización y promoción del talento, por ello acogemos a profesionales en prácticas y en formación dual”, señala.
La familia de Talat crece con cada nuevo proyecto, apostando por un servicio más técnico, con un control estricto de la calidad y las soluciones más eficientes para cada cliente.