Eivissa tiene un enorme potencial para la generación de energías renovables, entre otras cosas, porque tiene una media más alta de horas de sol que el resto del país. Según el Instituto Geográfico Nacional, en la mayor de las Pitiüses hay cerca de 2.600 horas de sol al año, mientras que en el resto del país el valor de insolación oscila entre las 1.600 y las 3.000 horas anuales.
“Esto quiere decir que estamos bastante por encima de la media nacional en potencial solar, que no se está aprovechando”, explica José Belino, ingeniero ambiental del Observatorio de la Sostenibilidad de Ibiza de IbizaPreservation. A esto se suma que para cubrir el 100% de las necesidades eléctricas con energía fotovoltaica en Eivissa sería necesario ocupar únicamente el 2,5% de suelo rústico no protegido de la isla, según un estudio sobre renovables elaborado por el Govern en 2015.
LOS DATOS. El Observatorio de la Sostenibilidad determina en su último estudio que el año pasado las energías limpias constituían únicamente el 1% del total de energía producida en Eivissa y solo un 0,18% del consumo final, “por lo que la isla sigue muy lejos de cumplir el objetivo de alcanzar una proporción de energías renovables del 35% para 2030, tal y como indica la Ley 10/2019 de cambio climático y transición energética”, explican desde el Observatorio de la Sostenibilidad.
En todo el año pasado, la mayor de las Pitiüses produjo 1.380 Mwh de energía eléctrica a partir de la tecnología fotovoltaica, que es la única presente en la isla. Esta cifra, según recalca Belino, corresponde al 1% de la energía total generada, que fue de 136.987 Mwh. Belino señala que no toda la energía consumida aquí se produce en Eivissa, “de hecho, la producción corresponde al 18,1% de la energía total demandada. El 81,9% restante es suministrada por el enlace eléctrico submarino que hay entre Mallorca y Eivissa”, lo cual quiere decir que la energía fotovoltaica que corresponde al 1% de la energía eléctrica generada en Eivissa “corresponde solo al 0,18% de la energía total consumida en Eivissa”.
En comparación con el resto de islas, la mayor de las Pitiusas es la que menos producción de renovables. En este sentido, en todas las Islas el 2,4% de la energía generada es con la tecnología fotovoltaica. “Formentera está en el primer puesto y produce el 32,6%, Mallorca y Menoca el 2,4% cada una y Eivissa genera el 1%”, precisa Belino, quien concreta que si se tienen en cuenta otras fuentes de energía renovable, como la eólica, residuos sólidos urbanos, el biogás o la cogeneración, en Balears el porcentaje de energía eléctrica que se produce a partir de estas otras fuentes limpias asciende al 7,8%.
“En Mallorca corresponde al 8,3% y Menorca tiene un 3,4%. Las Pitiüses siguen con un 1% y 32,6%, respectivamente, porque solo usan la energía fotovoltaica”, asegura Belino.
Desde esta entidad, cuyo objetivo es preservar, proteger y restaurar la tierra y el mar de Eivissa y Formentera así como promover iniciativas sostenibles, proponen diferentes medidas fáciles y asumibles para aumentar la producción de energía fotovoltaica. En este sentido, afirman que solamente “aprovechando los tejados de los edificios urbanos para instalar placas solares se podría generar el 52% de toda la demanda de energía eléctrica de la isla”. También proponen instalar los paneles fotovoltaicos en aparcamientos urbanos y en todos los edificios urbanos.
“Así garantizaríamos con energías limpias más de la mitad de la energía que necesita la isla”, asegura Belino, quien precisa que la instalación de estas tecnologías podría diversificarse a otras infraestructuras, “como caminos y carreteras y solo en última instancia habría que hacer instalaciones en suelos rústicos, siempre en territorio no protegido y en terreno agrícola abandonado ya que la prioridad en el campo debe ser recuperarlo para la agricultura. La instalación de paneles no debería hacerse en ningún lugar que llegara a perjudicar al sector primario”, expresa.
LOS PLAZOS. Sobre en qué plazo realista podría aumentar la isla de Eivissa la producción de energía fotovoltaica, el ingeniero ambiental del Observatorio de la Sostenibilidad se muestra optimista y cree que antes de 2030 “habremos cumplido el objetivo de 35% y quizás en 2050 tendremos una matriz energética renovable y diversa, pero esto dependerá del compromiso de la sociedad y de las autoridades”. En este sentido, poco a poco se va asumiendo que hay que ir hacia unas energías más limpias, pero Belino tiene claro que es un proceso lento.
“Creo que hay una conciencia común sobre la necesidad de un cambio, pero tampoco vemos grandes manifestaciones por ello. Creo que los cambios vienen a partir de necesidades y ahora mismo estamos en ese proceso de necesitar hacer una transición energética”. Para ello, considera que vital la participación ciudadana y destaca como muy importante el hecho de que se aprobara la Ley de Cambio Climático de Balears en 2019.
A esto se añade que hace falta más implicación por parte de instituciones y políticos “para cumplir con las obligaciones y objetivos, así como para proponer nuevos cambios. Algo concreto sería una previsión de cierre de la central térmica, garantizando así el suministro eléctrico en la isla a partir de una fuente renovable”, concluye.